lunes, 26 de agosto de 2013

Las brujas de la noche, una pesadilla para los alemanes durante la II Guerra Mundial

La ideología de los líderes nazis siempre estuvo salpicada por el esoterismo y la magia, pero si alguna vez tuvieron verdaderos motivos para creer en brujas las responsables fueron las Nachthexen (brujas de la noche). Así llamaban los alemanes a las aviadoras militares del 588º Regimiento de Bombardeo Nocturno de la Unión Soviética.
Marina Raskova
Marina Raskova

El 2 de noviembre de 1938, Polina Osipenko, Valentina Grizodúbovatres y Marina Raskova recibieron la distinción de Heroínas de la Unión Soviética por varios récords en distancia de vuelo; eran las primeras mujeres en recibirla y las únicas antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Marina Raskova, que también había sido la primera mujer instructora en la Academia Aérea, fue personalmente entrevistada por Stalin y le otorgó el grado de Mayor. Cuando Hitler rompió el Pacto de No Agresión con la Unión Soviética, Marina lideró una campaña para que las mujeres también pudiesen luchar contra los alemanes en el aire. En 1941, y gracias a su amistad con Stalin, consiguió su objetivo: se crearon tres Regimientos aéreos compuestos únicamente por mujeres… entre ellos el 588º Regimiento de Bombardeo Nocturno. Este Regimiento estaba compuesto por unas 400 mujeres, entre pilotos y personal de tierra, y tenían una media de edad de 22 años. Cuando Marina se encontró con todas ellas, le asustó que mujeres tan jóvenes pudiesen morir…
 Marina Raskova , la primera mujer soviética en lograr una licencia de piloto y la creadora de los tres regimientos femeninos de aviación que combatirían durante la Segunda Guerra Mundial no de forma testimonial, sino convertidas en una auténtica fuerza de combate que causó importantes daños a la aviación alemana y muchas de sus integrantes harían méritos para recibir la más alta distinción de la nación, Heroínas de la Unión Soviética.
¿No tenéis miedo de ir al frente? ¿No sabéis que los alemanes os pueden matar? – preguntó la Mayor
No si les disparamos primero, Mayor Raskova – contestaron al unísono.
Los alemanes avanzaban rápidamente y el aprendizaje que duraba varios años en la Academia Aérea quedó reducido a unos pocos meses… tuvieron que someterse a un duro entrenamiento físico y a un cursillo intensivo en tácticas de combate, pero ninguna de ellas se quejó por ello. Además, los aviones destinados al Regimiento de Bombardeo Nocturno eran los Polikarpov U-2 (Po-2), el biplano más producido en el mundo creado, inicialmente, para prácticas de vuelo y la fumigación de los campos.
Po2
Po-2
El problema de estos aviones es que eran demasiado lentos, obsoletos -fabricados en 1927- y que estaban construidos de madera y lona. Aquellas “escobas voladoras“, sin radio ni paracaídas -decían que preferían morir que caer en manos de los alemanes-, llevaban dos tripulantes (piloto y navegante) y tenían capacidad para dos bombas que, en algunas ocasiones y debido a los obsoletos sistemas de lanzamiento, debían tirar a mano. En principio, no tenían ninguna posibilidad frente a los veloces cazas alemanes pero su maniobrabilidad les permitía realizar bruscos y rápidos virajes que dificultaban enormemente la posibilidad de ser abatidas. Además, su lentitud les permitía volar tan bajo como para hacerlo entre bosques donde los cazas alemanes no podían acceder.

Popova y Ryabova
Popova y Ryabova
 Debido a su escasa capacidad de carga, las brujas de la noche realizaban varias operaciones en la misma noche siguiendo siempre la misma táctica: cuando se acercaban al objetivo paraban sus ruidosos motores y planeaban hasta llegar al objetivo, lanzaban las bombas y volvían a encenderlos para salir de allí.
Nos era simplemente incomprensible que los pilotos soviéticos que nos daban tantos problemas eran…. mujeres. Estas mujeres no le temían a nada. Venían noche tras noche en sus destartalados aviones
Desde 1941 hasta el final de la guerra, las mujeres de este Regimiento realizaron 23.672 misiones y lanzaron más de 3.000 toneladas de bombas. Hasta 23 “brujas de la noche” fueron condecoradas por la Unión Soviética. La Mayor Raskova falleció en una misión en 1943. Otras aviadoras con nombre propio fueron: Nadya Popova y su tripulante Katya Ryabova llegaron a realizar 18 misiones en una noche; la teniente Irina Sebrova intervino en 1.008 misiones y sobrevivió las dos veces que fue derribada consiguiendo llegar a su base.

ANNA TIMOFYEYEVNA YEGOROVA
220px-YegorovaTodavía en la década de los sesentas mientras en EU se discutía en las universidades y congresos sobre el voto de la mujer y su participación política, ya en la URSS el 33% de su congreso era dominado por mujeres y enorme porcentaje de directores de empresas estatales estaban siendo dirigidos por estas. En occidente era prácticamente imposible encontrar una mujer como directora de empresa. En la URSS desde su origen la mujer tuvo un papel central en todas sus áreas tanto en el debate filosófico como en la cultura y las armas. La primera aparición masiva de la mujer en una conflagración bélica fue durante la segunda guerra mundial, mientras los países capitalistas destinaban a la mujer únicamente a la actividad secretarial y obrera el que había llegado un poco mas lejos había sido Inglaterra que había creado la Women Auxiliary Air Force y ahí lo mas que podían aspirar en la real fuerza aérea era limpiando tornillos o cargando herramienta posteriormente debido a la urgencia se les dio algún servicio aéreo de tercer nivel ATA, llegando a tener cerca de 50 pilotos destinadas a la retaguardia al concluir la guerra inmediatamente desapareció esta división femenina, en cambio en la URSS la mujer participaba directamente en el campo de batalla , volaban hombro a hombro con hombres. Por eso vemos Rusas condecoradas por destruir tanques, artillería, aviones etc. una de las mujeres mas extraordinarias en el mundo de la aviación fue ANNA TIMOFYEYEVNA YEGOROVA. Piloto aviador de uno de los mejores aviones de la segunda guerra mundial el avión de ataque Ilyushin IL 2 Sturmovik.
Il2_sturmovik
Ilyushin IL 2 Sturmovik.
YEGOROVA nace el 23 de septiembre de 1916 y participo en el 305 regimiento aéreo, empezó en un biplano y luego fue trasladada a un  STURMOVIK IL-2 con el cual participó en 260 misiones en la península de Taman, Crimea y Polonia superando en operaciones a todos los hombres. Fue condecorada 3 veces con las mas altas distinciones “orden de la gloria”, en agosto de 1944 fue derribada y capturada por los Alemanes que la ingresaron a un campo de concentración.
Entre sus fabulosos números esta el haber destruido cerca 67 panzers alemanes e infinidad de artillería.



Incluso si fuera posible reunir y poner a sus pies todas las flores en la tierra, no constituiría suficiente homenaje a su valor.



martes, 20 de agosto de 2013

Luis Cicuéndez, el primer alcalde comunista del PCE

Pedro Organero Ronco

Luis Cicuéndez Muñoz nació en La Villa de Don Fadrique, Toledo en 1898, fue el primer alcalde comunista del Partido Comunista de España (PCE). Nombrado alcalde de su localidad tras la segunda vuelta de las elecciones municipales de 1931, durante la Segunda República. Habiendo sido nombrado alcalde, su labor estuvo en consonancia con su ideología; y su política, dirigida a mejorar las condiciones de vida de los obreros y de los campesinos pobres.

Su elección como alcalde provocó el malestar de los antiguos rectores del pueblo, cuya indignación no tuvo límites. Un día, Cicuéndez acusó al alcalde anterior, de los entonces recientes tiempos de la monarquía, de saquear las arcas del ayuntamiento, y lo obligó a reintegrar a la caja municipal una cantidad determinada de dinero. Aquello era demasiado para los propietarios y una provocación para ellos; además, Cicuéndez acuciaba a los patronos para conseguir salarios más elevados y para que se diera plaza al mayor número posible de trabajadores de la Sociedad Agrícola.

Cicuéndez llegó a presidir la Sociedad Obrera Agrícola de La Villa de Don Fadrique, y fue una pieza clave en la constitución del PCE en esa localidad, ya que era una de las personas que más poder de convocatoria tenía entre sus compañeros, jornaleros como él, y les informó durante una de las reuniones del sindicato de la existencia de un partido que recogía todas aquellas ideas que habían estado discutiendo tanto tiempo, sólo que había que trabajar firme y duramente. Los más decididos se apuntarían inmediatamente; los demás lo harían a continuación.

El 17 de agosto, se descubrió una conspiración para matar a Cicuéndez. Fue tal el desbarajuste que ocasionaron los rumores que llegó a asegurarse que la conspiración, en lugar de haber sido fraguada por un propietario, al que se le instruyó un proceso, había sido dirigida por el propio Cicuéndez para eliminar a tres de las personalidades de derecha más significadas. Evidentemente, se buscaba una excusa para desprestigiar a la alcaldía y lograr la sustitución de su titular. Entretanto, el gobernador de Toledo comenzó a recibir visitas de personas de La Villa de Don Fadrique que le hablaban de sus temores por la bolchevización del alcalde y sus adláteres. No hizo mucho caso el entonces gobernador, pues intuía que detrás de todo se encontraban las Bases del Trabajo y sospechaba que los patronos deseaban una provocación, como refirió telegráficamente al ministro de gobernación.

Fernández Valderrama, nuevo gobernador de Toledo, con el pretexto de que algunos de sus elementos realizaban propaganda extremista por la provincia, destituyó a Luis Cicuéndez ante el temor de los patronos de que las Bases de Trabajo elaboradas por los mismos que ocupaban la alcadía de La Villa de Don Fadrique dieran origen a enfrentamientos similares a los de Corral de Almaguer. Para ello, el gobernador envió un delegado del gobernador David Campos junto con treinta parejas de la Guardia Civil para destituir al alcalde y a los concejales comunistas, se clausuró el Centro Obrero y se registraron algunos domicilios, entre ellos los de los concejales y el del alcalde.

Varios republicanos ocuparon interinamente el cargo de alcalde, el de teniente de alcalde y los demás puestos asignados a los comunistas, y se mantuvo en sus cargos a los demás republicanos que los ocupaban.

Los obreros, a pesar de ello y una vez destituida la alcaldía, no retirarían sus Bases de Trabajo y las defenderían con mayor ahincó que nunca. Pedían un aumento de salario y un contrato de trabajo vigente por un año. Los propietarios se negaron, y comenzó una huelga que duró cinco días.

El 26 de junio de 1932, Cicuéndez acudió a la conferencia de la Unión Sindical provincial que se celebró en Toledo, y allí se le designó como representante del PCE de La Villa de Don Fadrique para la Conferencia de Unidad Sindical de Madrid junto a otros delegados de la localidad toledana, entre los que se encontraban Alejandra Ignacio en representación de las mujeres, Matías Vela en representación de la juventud y Primitivo Mendoza en representación de los niños. En esa conferencia, Cicuéndez narró los últimos acontecimientos de su pueblo y las dificultades de sus relaciones con los socialistas, a quienes acusó de cooperar con los otros monárquicos, entonces republicanos y siempre caciques.

Cicuéndez también formó parte de la candidatura presentada por el PCE a la provincia de Toledo en las Elecciones a Cortes Constituyentes del 28 de junio de 1931, y también lo haría en las de 1933.

Durante los sucesos que tuvieron lugar en La Villa de Don Fadrique el 8 de julio de 1932, se vio obligado a huir para no ser juzgado al habérsele acusado de incitador.

Durante su huida, hizo un viaje a Rusia, y pasó por la Escuela Leninista de Moscú.

A su regreso, Luis Cicuéndez se volvería a convertir en alcalde en una sesión extraordinaria celebrada a tal efecto el 21 de febrero de 1936, a raíz del triunfo del Frente Popular en las elecciones generales de febrero de ese año. A esa reunión asistieron los componentes que habían sido destituidos en el año 1931 por el gobernador civil a raíz de los sucesos de Corral de Almaguer y con la justificación y el temor de que se extendiese el conflicto por la zona.

Al estallar la guerra, Cicuéndez tomó parte en los combates de la cuenca del Tajo. Cayó al mando de una compañía al frente de voluntarios de La Villa de Don Fadrique en el Batallón de Octubre nº1 y desapareció en el sector de San Martín de Valdeiglesias (Madrid). Su muerte es narrada según infinidad de variantes, y, en alguna medida, está mitificada.

lunes, 19 de agosto de 2013

Si, en la Unión Soviética nos sentimos creadores

La Unión Soviética primera patria de la clase trabajadora. Anhelada por millones de trabajadores del mundo entero que veían en sus progresos su propia redención del capitalismo. Envidiada y despreciada por los fascistas que llegaron a emular algunos de sus logros sociales para luego mas tarde intentar destruirla en nombre de la raza superior. Finalmente temida y odiada por la burguesía mundial, clase explotadora que en pleno siglo XXI prosigue su labor de destrucción de los derechos sociales de los obreros. En definitiva de la democracia con mayúsculas.

Por Oleg K.

Defender el Socialismo, como avance social de la Humanidad, es el fin de nuestro blog.

Puede parecer un deseo más que una realidad. Pero es real. Y aún más, son las cercanas imágenes que como el vídeo siguiente bajamos.

Son escenas de la vida cotidiana, de la URSS, en los años 30, donde comprobamos que nuestras ideas no se basan en conjeturas, sino en hechos fáciles de comprobar. Cuando en menos de diez años, los niveles de vida, de toda la población soviética, superaron con creces sus satisfacciones tanto económicas como culturales, sanitarias, educativas, sindicales, etc., que influyeron decisivamente en las condiciones de vida de todos los trabajadores del mundo.

La burguesía de los países europeos y norteamericanos tuvieron por fuerza que hacer concesiones ante las huelgas y las luchas. La crisis del imperialismo iba unida al auge de la conciencia de los obreros. Aún hoy muchos derechos laborales y sindicales son debidos a aquellos años de conquistas del proletariado.


La vida en aquellos esplendorosos años, fue alcanzada por la clase obrera, para sí. La vida ordinaria creaba una serie de nuevas perspectivas tanto en el acceso al bienestar personal como colectivo, teniendo presente las metas a alcanzar. Mucho más que los anhelos individuales, cada trabajador y obrera tenían conciencia de que el estado que construían era de ellos, que habían expulsando a sus explotadores, y de forma libre decidían su futuro.

Estos son los hechos, no ficciones. Y así, la mayoría de los trabajadores conscientes luchamos, desde una u otra trinchera, por conseguir el Socialismo. Y lo lograremos.

СССР 20х-30х годов XX века (USSR 20-30 years of XX century)

El testamento de Lenin

Por Luis Urrutia

                                           

Parte I: La propensión trotskista a "heredar" a Lenin y un artículo de Krupskaya

La compañera de Lenin, Nadezha K. Krupskaya,  escribió “Lecciones de Octubre”, interviniendo en una polémica donde caracteriza las posiciones de Trotsky como “una revisión del leninismo”. Este artículo hace un aporte significativo al reconocimiento crítico del trotskismo y, por contrapartida, ilustra positivamente sobre el componente de democracia real que acompaña un proceso de transformación socialista. El documento, además, por ser del año 1924, es un duro revés para el relato que presenta un clima de afinidad y entendimiento entre Lenin y Trotsky, en el  cual Krupskaya aparece como natural partícipe.  Es reproducido al pie del presente trabajo.

Lenin y Trotsky ¿igualmente líderes?

Las historiografías capitalista y  trotskista coinciden en  rotular que “la Revolución Rusa fue liderada por Lenin y Trotsky”.
Ciertamente que Trotsky fue un muy destacado agitador en los sucesos de Octubre, y que su sobresaliente retórica seguramente alcanzó para construirle la imagen de un liderazgo preeminente.

Pero la equiparación del protagonismo de Trotsky con el de Lenin se evidencia temeraria en cuanto se recuerda que, en realidad, el liderazgo de la revolución no podía asentarse en el prestigio de ningún caudillo tomado en sí mismo, sino que su dirección descansaba en otro tipo de entidad: el partido bolchevique. Y es aquí donde la distancia entre Lenin y Trotsky se vuelve sideral: Lenin había creado, inspirado y liderado al partido bolchevique; Trotsky, en cambio, no sólo nada había aportado a su construcción, sino que fue un asiduo obstáculo para su consolidación. Trotsky recién ingresa al partido bolchevique en agosto de 1917, apenas dos meses antes de la toma del poder. Trotsky, además, tampoco fue responsable de la táctica de la revolución. Basta con recordar que, en las instancias decisorias,  votó en contra de la toma del Palacio de Invierno. En los hechos, Trotsky no lideró la revolución; en la realidad fue llevado a la rastra a la toma del poder.

La defensa de ese poder tampoco lo cubrió de gloria. Su tarea como comisario de Relaciones Exteriores culminó en la catástrofe diplomática de Brest-Litovsk, así como su inepta conducción lo hizo directamente culpable del desastre militar en Varsovia, otorgando credibilidad a los continuos cuestionamientos que sufrió su comandancia del Ejército Rojo.
Pero además, en el plano de sus postulaciones más generales, Trotsky era escéptico respecto a las posibilidades de la construcción de una hegemonía obrera en Rusia y la edificación socialista, sin el auxilio sustancial de un inexistente proletariado europeo en el poder. Con semejante pesimismo, ¿a quiénes podía representar Trotsky en Rusia?

¿De quién fue la decadencia, de la Revolución o de Trotsky?

Tamaño vacío de liderazgo real no podía ser suplido mucho tiempo con una mera brillantez oratoria y es allí donde razonablemente debe buscarse la decadencia de la popularidad de Trotsky, luego de Octubre.
Para Trotsky, en cambio, su pérdida de popularidad no se debe a que él no está a la altura de la revolución, sino que, a la inversa,  la revolución ya no está a su altura. Subvierte los términos y convierte su decadencia en decadencia de la revolución.

“Muchas veces me han preguntado, y aun es hoy el día en que hay quien me pregunta: "¿Pero cómo dejó usted que se le fuese de las manos el Poder?" Y generalmente, parece como si detrás de esta pregunta se dibujase la representación simplista de un objeto material que se le resbala a uno de las manos; como si el perder el Poder fuese algo así como perder el reloj o un carnet de notas. Cuando un revolucionario que ha dirigido la conquista del Poder empieza, llegado un cierto momento, a perderlo -sea por vía "pacífica" o violentamente-, ello quiere decir, en realidad, que comienza a iniciarse la decadencia de las ideas y los sentimientos que animaran en una primera fase a los elementos directivos de la revolución, o que desciende de nivel el impulso revolucionario de las masas, o ambas cosas a la vez.” (Trotsky, Mi Vida, La muerte de Lenin)

Pero veamos el desarrollo de estas reflexiones de Trotsky en cotejo con el contexto real en que las formula (el libro lo escribió en 1929).
La construcción de la URSS, la transformación  en pocas décadas del país feudal de los zares en la superpotencia de los viajes espaciales, fue el fruto indubitable de una liberación inédita de reservas morales e intelectuales que larvadamente se anidaban en la sociedad, donde la construcción de un orden nuevo, desde los cimientos de la sociedad civil y sus bases productivas, requirió dosis sin precedentes de pensamiento y trabajo creador.  Sin esto, la erección de la modernidad soviética es inconcebible y es esto lo que constata todo el testimonio democrático y progresista de la época.

La experiencia histórica indica además que, así como en la decadencia las sociedades promocionan a su dirección a los elementos más representativos de la banalidad y la corrupción, en los momentos de ascenso, sobre todo de ascenso revolucionario, la selección opera en sentido virtuoso, tendiendo a elevar al puesto de la guía social a los mejores por capacidad y por probidad moral.   Naturalmente, todo movimiento hacia el progreso social encuentra resistencias que dejan huellas no sólo en los resultados de la construcción de la casa nueva, sino en la propia dirección del proceso de transformación. Pero si la sociedad efectivamente cambia es porque las fuerzas del cambio, y toda su carga virtuosa, han primado. Esta trivialidad sería absolutamente superflua si no fuera porque es cotidianamente negada por la propaganda mediática al referirse a la historia de la Unión Soviética, dirigida a una opinión desinformada y deshabituada a una reflexión detenida sobre la cuestión.

Sin embargo, Trotsky se alza contra toda esta evidencia,  cuando nos informa que la revolución rusa, cuya concreción fue la construcción de la URSS, representó todo lo contrario: una suerte de instalación del gris de la mediocridad, donde el brillo del genio (corporizado en el propio Trotsky) no tuvo su lugar en Rusia, luego del episodio de la toma del poder, desplazado por una espiritualidad banal, sin vocación crítica, transformadora, que se habría adueñado de la dirección del país.

Trotsky dejó de escribir para Rusia y escribió para el extranjero.

El lector se interrogará cómo Trotsky podría haberse atrevido a escribir algo tan a contrapelo de la experiencia del país popular. Naturalmente, estas afirmaciones habrían sido el hazme reír de las grandes mayorías rusas que, ilustradas o no, estaban embarcadas en una reconstrucción de sus vidas que nada podía tener de rutinario, gris o mediocre. Pero Trotsky las escribe en “Mi Vida”,  no para Rusia sino su exportación, con destino al consumo de occidente, explotando las brumosas fantasías  que el recelo ante lo desconocido provoca en los habitantes de geografías extrañas, con la imaginación ya condicionada por la hegemonía de los enemigos de la revolución.

Según Trotsky,  la mediocridad tendió un cerco sobre su genio y el de Lenin

Así es como describe Trotsky el presunto devenir espiritual de los bolcheviques, luego de la toma del poder: (Trotsky, op.cit)

“…cuando la tensión empezó a ceder y los nómadas de la revolución fueron echando raíces en el nuevo suelo, comenzaron a despertar en ellos y a desarrollarse esas cualidades, simpatías y aficiones pequeñoburguesas del empleadillo satisfecho.”


¿Quiénes eran en espíritu esos “empleadillos satisfechos”? Trotsky los presenta de inmediato:

“Manifestaciones escapadas sin querer de la boca de Kalinin, de Voroshilov, de Stalin, de Rikov, le hacían a uno levantar la cabeza, de vez en cuando, con gesto de inquietud. ¿De dónde salía aquello?-se preguntaba uno. ¿Qué grifo destilaba aquellas gotas? Muchas veces, al llegar a una sesión, me encontraba con un grupo de personas que estaban conversando amigablemente y que al entrar yo cortaban bruscamente. Aquellas conversaciones no versaban sobre nada contrario a mí, sobre nada que contradijese a los principios del partido. Pero eran temas en que traspiraban el aquietamiento de una conciencia, la satisfacción y la trivialidad. En aquella gente iba naciendo la necesidad de confiarse mutuamente sus sentimientos, propensión en la que no dejaba de entrar por buena parte esa tendencia de comadrería y murmuración de las mujerucas de la burguesía…”

 

La soledad del genio de Trotsky frente a tal avance de lo vulgar habría tenido su bálsamo en su compenetración con Lenin, con quien -nos sugiere- se entendía al instante con sólo mirarse. Juzgue el lector si esto es creíble, vistos los lustros de abismales diferencias políticas que surgieron entre ambos en continua sucesión.

“Al principio, no se avergonzaban solamente delante de Lenin y de mí; se avergonzaban ante sí mismos. Si, por ejemplo, Stalin se salía con una de sus gracias de mal gusto, Lenin, sin levantar la cabeza, metido por los papeles, echaba una mirada rápida a los que estaban sentados en torno a la mesa, como para convencerse de si todavía quedaban alguno a quien se hiciesen insoportables aquellas cosas. En situaciones semejantes, nos bastaba una mirada fugaz o un cambio de tono en la voz, para cercioramos de que coincidíamos en la apreciación psicológica.”

Por fin, Trotsky, luego de reivindicar una vez más su superioridad intelectual y moral, concluye en lo mismo que anticipamos y caracteriza nuevamente al que sería proceso de construcción de la URSS como un cuadro de decadencia:

“Si yo no tomaba parte en las diversiones que iban haciéndose habituales en la nueva clase gobernante, no era por motivos morales, sino porque no quería exponerme a la tortura del más terrible de los aburrimientos… Stalin es el instrumento principal de este proceso de subversión. No se puede negar que tiene sentido práctico, perseverancia y tenacidad para conseguir lo que se propone. Pero su mentalidad política no puede ser más limitada, ni más bajo y primitivo su nivel teórico… Su mentalidad es la de un empírico tozudo, carente de toda imaginación, de talento creador. Los principales elementos directivos del partido -entre los demás apenas si se le conocía- tenían de él la impresión de que era un hombre a quien sólo se podían encomendar funciones de segundo o tercer rango. El hecho de que al presente esté a la cabeza de la organización no le caracteriza tanto a él como al periodo transitorio de decadencia política que atraviesan los Soviets…”

La decadencia y la mediocridad dirigentes ¿podrían ser constructoras?

¿Decadencia política? De nuevo: ¿La construcción de la URSS, que asombró a toda la opinión democrática de la época, transcurrió entonces bajo la égida de una dirección decadente?

Veamos en palabras del propio Trotsky, apenas seis años más tarde, a dónde condujo aquel “período transitorio de decadencia política que atraviesan los Soviets”:

“La producción industrial de Alemania sólo recupera su nivel gracias a la fiebre de los armamentos. En el mismo lapso, la producción de Gran Bretaña sólo aumentó, ayudada del proteccionismo, del 3 al 4%. La producción industrial de los Estados Unidos bajó cerca de un 25%; la de Francia, más del 30%. Japón, en su frenesí de armamentos y de bandidaje, se coloca, por su éxito, en el primer rango de los países capitalistas: su producción aumentó cerca de un 40%. Pero este índice excepcional palidece también ante la dinámica del desarrollo de la URSS, cuya producción industrial aumentó, en el mismo lapso, 3,5 veces, lo que significa un aumento del 250%. En los diez últimos años (1925-1935), la industria pesada soviética ha aumentado su producción por más de diez. En el primer año del plan quinquenal, las inversiones de capitales se elevaron a 5.400 millones de rublos; en 1936, deben ser de 32.000 millones…
“… Durante los tres últimos años, la producción metalúrgica aumentó dos veces, la del acero y de los aceros laminados, cerca de 2,5 veces…. En 1925, la URSS tenía el undécimo lugar en el mundo desde el punto de vista de la producción de energía eléctrica; en 1935, sólo era inferior a Alemania y a los Estados Unidos… En cuanto a la producción de acero, pasó del sexto al tercero. En la producción de tractores ocupa el primer lugar del mundo. Lo mismo sucede con la producción de azúcar…
“…Los inmensos resultados obtenidos por la industria, el comienzo prometedor de un florecimiento de la agricultura, el crecimiento extraordinario de las viejas ciudades industriales, la creación de otras nuevas, el rápido aumento del número de obreros, la elevación del nivel cultural y de las necesidades, son los resultados indiscutibles de la Revolución de Octubre en la que los profetas del viejo mundo creyeron ver la tumba de la civilización. Ya no hay necesidad de discutir con los señores economistas burgueses: el socialismo ha demostrado su derecho a la victoria, no en las páginas de El Capital, sino en una arena económica que constituye la sexta parte de la superficie del globo; no en el lenguaje de la dialéctica, sino en el del hierro, el cemento y la electricidad.” (Trotski, La revolución traicionada, Cap I, Lo obtenido)

¿Cuánto vale la palabra de Trotsky?

Por cierto, entre estos dichos de Trotsky de 1936 y aquellos de 1929 hay una contradicción flagrante y esencial, de la cual ni Trotsky ni el trotskismo jamás han dado cuenta, porque ello significaría denunciar el sustento falaz de su existencia como movimiento. Aunque parezca increíble, Trotsky no modifica sus opiniones con estos primeros resultados de los planes quinquenales soviéticos a la vista.
Para él, el partido bolchevique sigue siendo "la burocracia" y Stalin una suerte de mediocre astuto.
Pero aquí nos reducimos a constatar otra cosa. Trotsky  (en 1929) no tenía por qué prever necesariamente el desarrollo posterior de la construcción de la URSS. No lo acusamos de eso.
Pero lo que sí vemos es que en la Rusia de la década del 20, preparatoria del gran salto de la sociedad soviética, no existía ninguna “decadencia política” sino todo lo contrario y que, por lo tanto, Trotsky, testigo presencial y protagónico del fenómeno, sencillamente miente al testimoniar tal decadencia y lo hace con el agravante de desplegar una descripción minuciosa de un escenario inexistente, dando pasto en abundancia a la propaganda de los enemigos de la causa que él dice defender, la del socialismo. 
Este acto multifacéticamente abominable ¿no nos muestra una personalidad y una conducta en concordancia con la alta traición que describen los Procesos de Moscú, a los que se pretende refutar con el argumento ad hominem de que Trotsky era un izquierdista por encima de toda sospecha? 
(ver en http://urrutial.blogspot.com.ar/p/la-confesion-de-bujarin.html)

Trotsky manipula una carta de Krupskaya


La actitud falaz de Trotsky llega a impregnar, efectivamente, los mismos detalles de su relato, que son, precisamente, los que le otorgan su fuerza retórica. Esto se revela en la invocación de N. Krupskaya, la esposa de Lenin.

…Iba rememorando mentalmente las etapas todas de mi vida: mis encuentros con Lenin, nuestras diferencias y polémicas, la reconciliación, la labor común; había algunos episodios que se alzaban en el recuerdo, recortados por una pasmosa claridad. Poco a poco, iba cobrando todo contornos firmes y bien delineados. Ahora, me daba más clara cuenta de quiénes eran aquellos "discípulos" que seguían fielmente al maestro en los pequeños detalles, pero no en lo que tenía de verdaderamente grande…
“…pensé también en aquélla que le había acompañado por la vida desde hacía tantos años, viendo el mundo todo a través de él. Y pensé cuán sola, ahora que enterraba a su camarada de vida, tenía que sentirse entre aquellos millones de gentes que lloraban al muerto, pero no como lo lloraba ella, sino muy de otro modo. ¡Pobre Nadezhda Constantinova Krupskaya! Sentía la necesidad de hacerle llegar desde aquí una palabra de saludo, de simpatía, de amistad, pero no me decidí a escribirle. Ante la gravedad del suceso, todas las palabras parecían vanas, y me daba miedo que pudieran interpretarse como una fórmula convencional. Imagínese  mi sentimiento de gratitud, cuando a los pocos días, recibí, inesperadamente, una carta de Nadezhda Constantinova.”

La carta de Krupskaya, citada por Trotsky

“La carta decía así:

"Querido Leo Davidovich:
"Le escribo a usted para comunicarle que Vladimir Ilich se puso a leer su libro próximamente un mes antes de morir, y lo dejó en el pasaje en que traza usted la fisonomía de Marx y de Lenin. Me pidió que volviese a leerle estas páginas y, después de escuchar la lectura atentamente, él mismo quiso tomar en la mano el libro y volverlas a repasar.
"Otra cosa quería decirle, y es que las relaciones que unieron a Vladimir Ilich con usted desde el día en que se presentó en Londres, viniendo de Siberia, no cambiaron un punto hasta la hora de su muerte.
"Le deseo a usted, Leo Davidovich, fuerzas y salud. Un fuerte abrazo de N. Krupskaia." 

“...Aquella breve carta de la viuda de Lenin, escrita a los pocos días de morir éste, pesaría más en la balanza de la historia, aunque sólo hubiese esta prueba, que todos los infolios escritos por los falsificadores.”

Prestigiarse con Lenin, sí; ser leninista, no

La intención de Trotsky era demostrar que él era el heredero natural del liderazgo de Lenin, usurpado por el representante de la mediocridad, Stalin.
Es notorio que esta aspiración trotskista de “heredar” a Lenin, no consiste en la misión cultural de atesorar la experiencia y pensamiento de un antecesor.
No vemos a Trotsky apoyarse nunca en el pensamiento de Lenin, jamás cita una frase suya. De lo que se trataba para Trotsky era de apropiarse de su prestigio. Él (Trotsky) es un genio como lo era Lenin, ambos se entendían con sólo mirarse. La revolución, por lo tanto, es obra de ambos.

Su tarea era ardua, pues eran en general los “mediocres”, comenzando por Stalin, los que en realidad habían acompañado a Lenin en su militancia bolchevique, mientras Trotsky no sólo no estuvo allí, sino que a menudo votó y predicó en contra del bolchevismo en el seno de la socialdemocracia. Para contrarrestar esto viene su frase de que los bolcheviques eran “aquellos "discípulos" que seguían fielmente al maestro en los pequeños detalles, pero no en lo que tenía de verdaderamente grande…”

Con la carta de Krupskaya, ¿Trotsky demuestra lo próximo que estaba a Lenin en espíritu?

En ese contexto, la referencia a la presunta soledad de Krupskaya y su carta se convierte retóricamente en el puente que une a Trotsky con Lenin, mientras separa al genio fallecido de sus discípulos aparentes (¡y de las propias masas populares!): 

“Y pensé cuán sola, ahora que enterraba a su camarada de vida, tenía que sentirse entre aquellos millones de gentes que lloraban al muerto, pero no como lo lloraba ella, sino muy de otro modo.”

Imagine el lector: ¿Quién más que Trotsky podría comprender a la mujer que había visto “el mundo todo a través de Lenin” y se encontraba como despertando de un sueño en el universo de la mediocridad? La amistad de la Krupskaya se nos desliza así como la prueba suficiente que certifica la veracidad del relato de Trotsky, escabullido siempre del escenario de la colosal épica de la transformación del país.

Pero nos encontramos con que también aquí Trotsky miente.

La carta de Krupskaya a Trotsky no tiene valor político. Sí lo tiene el artículo que escribe sobre unas tesis de Trotsky

La carta de Krupskaya a Trotsky, personal y sin connotación política, es de 1924. En ese mismo año, la viuda de Lenin escribe un artículo, “Lecciones de Octubre”.

No era ella lo que Trotsky nos deja entender: una mujer dependiente intelectualmente de su marido que, privada en su viudez del contacto sensible con las sutilezas del genio, se descubre desamparada entre las tosquedades de la vulgaridad. El artículo de Krupskaya, que es brillante, muestra a una militante conciente y con perfecto dominio del tema que desarrolla.  Reproducimos su texto completo al pié de este trabajo.


En el artículo, Krupskaya, desmintiendo a Trotsky, tiene expresiones como estas:

“El Partido… guía el carro de la historia por el camino señalado por Lenin.”
“El análisis marxista nunca fue el punto fuerte del camarada Trotsky.”
“Trotsky habla mucho sobre el Partido, sin embargo, para él, el Partido son los líderes, los jefes. Pero aquellos que realmente desean estudiar Octubre, deben estudiar al Partido como era en Octubre. El Partido era un organismo vivo, en el que el C.C. (“la dirección”) no estaba desligado del Partido, en el que los miembros de las organizaciones de base del Partido estaban en contacto diario con los miembros del C.C.”
“…los logros de Octubre aún no han sido totalmente consumados. Debemos seguir trabajando con determinación para su realización. Y será peligroso y desastroso desviarnos del camino del leninismo, un camino históricamente probado. Y cuando un camarada como Trotsky, transita, aunque sea inconscientemente, el camino de la revisión del leninismo, entonces el Partido debe pronunciarse.”

Trotsky no podía ignorar la existencia de este artículo, con el que Krupskaya interviene en un debate público provocado justamente por él.

Krupskaya no estaba tan sola como pretende Trotsky y militaba también ella, como lo hizo Lenin, no del lado de Trotsky, sino junto a  aquellos  “mediocres” que transformaron el país y le pusieron al siglo xx una impronta insoslayable.

Trotsky deliberadamente comete, al apropiarse del símbolo que la Krupskaya efectivamente constituía, una nueva estafa al lector.


Lecciones de Octubre
Nadezhda K. Krupskaya


Hace dos años, en una reunión plenaria del Soviet de Moscú, Vladimir Ilich dijo que ahora estamos siguiendo el camino del trabajo práctico, que ya no estamos tratando al socialismo como un simple icono que se describe en colores brillantes. “Debemos seguir el camino correcto”, decía, “es necesario someter todo a prueba. Las masas y la población en su conjunto deben poner a prueba nuestros métodos, y decir: ‘Sí, este orden de cosas es mejor que el anterior’”. Esta es la tarea que nos planteamos.
Nuestro partido, un pequeño grupo comparado con la población total, asumió esa tarea. Ese pequeño grupo se comprometió a cambiarlo todo, y lo cambió todo. Se ha demostrado que esto no es Utopía, sino la realidad en que vivimos. Todos hemos visto lo que se ha hecho. Tuvimos que hacerlo de tal manera que la gran mayoría de los proletarios y campesinos trabajadores tuviera que admitir: “No sois vosotros los que se alaban, somos nosotros los que los elogiamos. Les decimos que habéis obtenido tan buenos y mejores resultados que a ningún ser humano razonable se le ocurriría volver al viejo orden”.
El Partido trabaja continua e indesmayablemente. En 1924, la Promoción Leninista demostró que la clase obrera considera al PC como su Partido. Este es un punto importante. Es un verdadero logro, un logro permanente, y no es un halago pequeño. En el extranjero, se nos elogia por muchas cosas, pese a que estas cosas son todavía muy poco. Nuestro Partido dedica mucha atención al campesinado, y no sólo al campesinado en su conjunto, sino a las capas medias y pobres. El Partido trabaja para mejorar el aparato soviético de base, ayuda a los núcleos de la población en su trabajo, y espera lograr mucho más. El Partido realiza gran cantidad de trabajo práctico de todo tipo, abarcando un enorme campo de actividad, y guía el carro de la historia por el camino señalado por Lenin.
El Partido se ha entregado seriamente a la realización del trabajo práctico. En nuestras condiciones, esta es una tarea sumamente difícil y, por esa razón, el Partido es bastante hostil a cualquier discusión. Por esa razón, el discurso del camarada Trotsky sobre la última barricada le pareció tan extraño a la XIII Conferencia del Partido. Y por esa razón, los más recientes esfuerzos “literarios” del camarada Trotsky han provocado una gran indignación.
No sé si el camarada Trotsky ha cometido en realidad todos los pecados capitales de los que se le acusa: en las controversias, las exageraciones son inevitables. El camarada Trotsky no tiene por qué quejarse de eso. Él no nació ayer, y sabe que un artículo escrito en el tono de “Lecciones de Octubre” está destinado a suscitar el mismo tono en la controversia que da a lugar. Pero esta no es la cuestión. La cuestión es que el camarada Trotsky nos llama a estudiar las “lecciones de Octubre”, pero no establece la dirección correcta para este estudio. Él propone que se estudie el papel desempeñado por esta o aquella persona en Octubre, el papel desempeñado por esta u otra tendencia del Comité Central, etc. Pero no es eso lo que se debe estudiar.
Lo primero que debemos estudiar es la situación internacional que existía en Octubre, y la correlación de fuerzas entre las clases de Rusia en ese momento.
¿El camarada Trotsky nos invita a estudiar esto? No. Y sin embargo, la victoria hubiera sido imposible sin un análisis profundo del momento histórico, sin una correcta evaluación de la verdadera correlación de fuerzas. La aplicación de la dialéctica revolucionaria del marxismo a las condiciones concretas en un momento dado, la correcta estimación de ese momento –no sólo desde el punto de vista del país sino a escala internacional–, es la característica más importante del leninismo. La experiencia internacional de la última década es la mejor confirmación de lo correcto de este método leninista. Esto es lo que debemos enseñar a los Partidos Comunistas de todos los países, y esto es lo que nuestros jóvenes deben aprender del estudio de Octubre.
Pero el camarada Trotsky pasa por alto esta cuestión. Cuando habla de Bulgaria o Alemania, se ocupa muy poco de la evaluación correcta del momento. Si analizamos los acontecimientos con los lentes del camarada Trotsky, parece que es demasiado simple dirigir los acontecimientos. El análisis marxista nunca fue el punto fuerte del camarada Trotsky.
Esa es la razón por la que subestima tanto el papel jugado por el campesinado. Sobre esto ya se ha hablado mucho.
Debemos, además, estudiar al Partido en Octubre. Trotsky habla mucho sobre el Partido, sin embargo, para él, el Partido son los líderes, los jefes. Pero aquellos que realmente desean estudiar Octubre, deben estudiar al Partido como era en Octubre. El Partido era un organismo vivo, en el que el C.C. (“la dirección”) no estaba desligado del Partido, en el que los miembros de las organizaciones de base del Partido estaban en contacto diario con los miembros del C.C. Los camaradas Sverdlov y Stalin sabían perfectamente lo que estaba pasando en cada distrito de Petrogrado, en cada provincia y en el ejército. Lenin también sabía todo eso, pese a que estaba en la clandestinidad. Se le mantuvo bien informado y recibía cartas acerca de todo lo que ocurría en la vida de la organización. Y Lenin no sólo sabía escuchar, también sabía leer muy bien entre líneas. Precisamente, la victoria fue posible gracias al hecho de que hubo un estrecho contacto entre el C.C. y la organización colectiva.
Un Partido cuya máxima dirección ha perdido contacto con la organización nunca obtendrá la victoria. Todos los Partidos Comunistas deben aprender esto y organizarse de acuerdo a ello.
Cuando el Partido es muy organizado, cuando la dirección conoce la voluntad de la organización colectiva –y no sólo sus resoluciones–, y trabaja en armonía con esta voluntad, las vacilaciones o errores de los miembros individuales de la dirección no tienen la importancia decisiva que les atribuye el camarada Trotsky. Cuando la historia enfrenta al Partido con una situación de emergencia sin precedentes y completamente nueva, es natural que la situación no sea evaluada de la misma manera por todos. Entonces, la tarea de la organización es encontrar la línea correcta común.
Lenin siempre atribuyó una gran importancia a la organización colectiva del Partido. Su relación con las Conferencias del Partido estaba basada en eso. En cada Conferencia del Partido, exponía todo lo que había elaborado desde la última Conferencia. Él se consideraba responsable principalmente ante la Conferencia del Partido, ante la organización en su conjunto. Cuando había diferencias de opinión, Lenin apelaba a la Conferencia del Partido (por ejemplo, en la cuestión de la Paz de Brest).
Trotsky no reconoce el papel desempeñado por el Partido en su conjunto, como una organización única y cohesionada. Para Trotsky, el Partido es sinónimo de dirección central. Tomemos un ejemplo: “¿Qué es la bolchevización del Partido Comunista?”, pregunta en “Lecciones de Octubre”. Consiste en educar a los Partidos y elegir dirigentes que no se salgan de la senda cuando les llegue su Octubre.
Este es un punto de vista puramente “administrativo” y totalmente superficial. Sí, la personalidad de los líderes es un punto de suma importancia. Sí, es necesario que los más talentosos, los mejores, los más firmes de carácter entre nuestros militantes sean seleccionados para ser parte de nuestra dirección: pero esto no es una simple cuestión de capacidad personal, sino una cuestión de si la dirección está estrechamente ligada a toda la organización.
Hay otro factor gracias al cual se logró la victoria en Octubre, y consiste en la correcta estimación del rol y la importancia de las masas. Si se lee todo lo que Lenin escribió sobre el papel jugado por las masas en la revolución y en el desarrollo del socialismo, se verá que la estimación del papel que desempeñan las masas es una de las piedras angulares del leninismo. Para Lenin las masas nunca son un medio, sino el factor decisivo. Si el partido va a dirigir a millones, debe estar en estrecho contacto con esos millones, debe ser capaz de comprender la vida, los sufrimientos y las aspiraciones de las masas. Bela Kun relata que cuando comenzó a hablarle a Lenin acerca de una guerra revolucionaria contra Alemania, Lenin le replicó: “Yo sé que usted no es un charlatán, mañana haga un viaje al frente y vea si los soldados están listos para una guerra revolucionaria”. Bela Kun viajó al frente y vio que Lenin tenía la razón.
En “Lecciones de Octubre”, no encontramos ningún intento de estudiar este aspecto de la revolución de Octubre. Todo lo contrario. Al desarrollar su evaluación de los sucesos alemanes, el camarada Trotsky subestima la pasividad de las masas.
Un cierto Sirkin tiene una interpretación tonta del libro de John Reed. Muchas personas son de la opinión de que no debemos poner el libro de John Reed en manos de los jóvenes. Contiene inexactitudes y leyendas. No se debe aprender la historia del Partido leyendo a Reed. ¿Por qué entonces Lenin recomendaba este libro con tanto cariño? Porque en el libro de John Reed, esta cuestión no es el punto principal. El libro nos da una excelente y artística descripción de la psicología y las tendencias de los sentimientos de las masas de soldados y obreros que realizaron la revolución de Octubre, y de la torpeza de la burguesía y sus lacayos. John Reed permite –incluso al más joven comunista– captar el espíritu de la revolución, mucho más rápido que la lectura de docenas de protocolos y resoluciones. No es suficiente que nuestros jóvenes conozcan la historia del Partido, es de igual importancia que sientan el pulso de la revolución de Octubre. ¿Cómo pueden convertirse en comunistas nuestros jóvenes, si no conocen otra cosa que las condiciones del Partido en el sentido más estrecho, y no sienten lo que fueron la guerra y la revolución?
El camarada Trotsky aborda el estudio de Octubre desde el lado equivocado. La evaluación incorrecta de Octubre está a un solo paso de la evaluación incorrecta de la situación actual y de la evaluación incorrecta de una serie de fenómenos de enorme importancia. La evaluación incorrecta de la actualidad conduce a decisiones y acciones equivocadas. Cualquiera puede entender esto.
Lo que ya ocurrió no se puede deshacer. Dado que “Lecciones de Octubre” ha visto la luz del día, debe ser discutido a fondo en la prensa y en la organización del Partido. Esto debe hacerse de una forma accesible para todos los miembros del Partido.
Nuestro Partido ha crecido considerablemente en número. Amplias masas de obreros se unen al Partido; pero estos obreros no están lo suficientemente informados sobre las cuestiones planteadas por el camarada Trotsky. Las cosas que son perfectamente claras para un viejo bolchevique que ha luchado incansablemente por la línea leninista, no son claras para el joven militante del Partido. El leninista debe aprender, sobre todo, a no decir que “la discusión de esta cuestión perturba nuestro aprendizaje”. Por el contrario, la discusión de esta cuestión nos permitirá obtener una comprensión aún más profunda del leninismo.
El camarada Trotsky dedicó todas sus fuerzas a la lucha por el poder soviético durante los años decisivos de la revolución. Se comportó heroicamente en su difícil puesto de responsabilidad. Trabajó con energía sin precedentes y realizó portentos para los intereses de la salvaguardia de la victoria de la revolución. El Partido no olvidará esto.
Pero los logros de Octubre aún no han sido totalmente consumados. Debemos seguir trabajando con determinación para su realización. Y será peligroso y desastroso desviarnos del camino del leninismo, un camino históricamente probado. Y cuando un camarada como Trotsky, transita, aunque sea inconscientemente, el camino de la revisión del leninismo, entonces el Partido debe pronunciarse.

Fuente: The Errors of Trotskyism, mayo de 1925, publicado por el Partido Comunista de Gran Bretaña.

1 comentario:

Pedro José Madrigal Reyes dijo...
Distorsiones y falsedades del “trotskista” Eastman, en su libro “Since Lenin Died”
En 1922, el periodista norteamericano Max Eastman, cuyo periódico financió en 1917 el viaje de John Reed a Rusia y publicó por entregas lo que sería el libro "Diez días que estremecieron al mundo", viajó, él mismo, a Rusia. Permaneció en la tierra de los Soviets hasta mediados de 1924, estableciendo amistad con Trotsky, desposando a una comunista rusa, participando en las reuniones de la Internacional y asistiendo además al XIII Congreso del Partido bolchevique, donde se conoció el "testamento" de Lenin. Apenas salido de Rusia, escribió y publicó en 1925 el libro "Since Lenin died", donde expone de manera distorsionada y falaz la lucha interna en el Partido bolchevique. En ese mismo libro revela la existencia del "testamento" de Lenin, pero deforma su contenido. El objetivo del libro es presentar a Trotsky como el sucesor de Lenin y como una víctima de la dirección del Partido bolchevique. Por "coincidencia", meses antes de la publicación del libro de Eastman, Trotsky había publicado sus "Lecciones de Octubre" en el que atacaba nuevamente a la dirección del Partido y al Partido mismo, e intentaba reescribir la historia de la revolución rusa, provocando la indignación y la respuesta inmediata del Partido y sus militantes bolcheviques. En 1926, en una actitud nada revolucionaria, Eastman le "dio" al New York Times una copia del "testamento" de Lenin. Nuevamente, esto coincidía con la campaña de la oposición unida, de oportunistas, contra el Partido y su dirección leninista. Eastman era el colaborador de Trotsky fuera de Rusia y el traductor al inglés de sus obras. En la década de 1930, abandonaría las ideas "socialistas" y en 1941, mientras la URSS era víctima de la agresión nazifascista, Eastman se convertía en uno de los editores de Reader's Digest ("Selecciones"), medio emblemático de desinformación del imperialismo norteamericano. Luego se convertiría en abierto anticomunista, apoyando en algún momento a McCarthy y asociándose también con los ideólogos del liberalismo burgués Hayek y Mises.

El libro de Eastman es la primera exposición sistematizada de la versión trotskista sobre la lucha interna en el Partido, posterior a la muerte de Lenin. Ahí se encuentra, en bruto, todo el arsenal que después de su expulsión de la URSS, Trotsky utilizaría en su lucha contra el Partido bolchevique y la URSS. En la siguiente carta, Stalin exige que Trotsky -la fuente de las afirmaciones de Eastman- se pronuncie sobre el contenido del libro en cuestión y lo denuncie por falsear los hechos. En la carta, Stalin desmiente la versión -que hasta hoy utilizan intelectuales burgueses, trotskistas y hasta comunistas desinformados- que dice que el "testamento" no fue leído en el Congreso, a la totalidad de los delegados. La "Carta al Congreso" de Lenin, si bien no se publicó en la prensa, fue conocida por los delegados que luego se encargarían de transmitirla en sus respectivas organizaciones partidarias. Trotsky, ante la espada y la pared, tuvo que pronunciarse contra las falsedades de Eastman, que él mismo había alimentado.

El documento completo aquí:
http://bitacoradeunnicaraguense.blogspot.com.es/2013/01/distorsiones-y-falsedades-del.htm

jueves, 15 de agosto de 2013

Los secretos de Fidel Castro (+ Fotos)

Como bien dice el autor de este articulo su mayor y mas evidente secreto, es que ante todo Fidel es un hombre, es un autentico ser humano que piensa y lucha por el bien de los demás. 

87 años de lucha contra la injusticia. Valiente Fidel

13 agosto 2013 56 
fidel en la sierra
Fidel en la Sierra Maestra
Atardecía el 17 de noviembre de 2005 cuando apareció de súbito, bajó del carro y estallaron en segundos los gritos de aquella muchachada: ¡Fidel, Fidel, Fidel! Le esperábamos hacía varias horas en las afueras del Aula Magna de la Universidad de La Habana. Algunos “clasificaron” para escucharle al interior de la sala; el resto hacíamos “olas” en la calle. Todos estábamos allí, era la oportunidad de la vida de abrazarle.
Intenté llegar lo más cerca que pude, pero fue una misión imposible. Solo le vi como a 20 metros, no más cerca. Eran mil manos extendidas, besos que volaban y Fidel, sonriente, fue reciprocando uno tras otros los mil saludos de ese pedacito de Cuba.
Aquel día de hace ocho años, en el que todavía era estudiante de Periodismo y andaba siempre soñando –no digo que ahora no lo haga– me di cuenta de que conocía a Fidel Castro de toda la vida, que los medios de comunicación me lo habían acercado tanto que no le pude estrechar la mano pero sentía su piel tersa y sus uñas aguileñas.
Los universitarios no paraban de corear: “Fidel, Fidel, que tiene Fidel, que los imperialistas no pueden con él. Fidel, Fidel que tiene Fidel…” Era el mismo de Birán, el Granma, la Sierra Maestra, la Crisis de Octubre y la ONU; el hombre sencillo que podía jugar básquet con un grupo de estudiantes o cambiarle un neumático al carro.
Caí en la cuenta de que muchos se ufanan en “desenterrar” los secretos de Fidel para hacerlos públicos y yo los tenía delante de mí: su humanismo, el primero de esos grandes secretos.
fidel en la plaza de la revolución
Fidel en la Plaza de la Revolución
fidel en naciones unidas
Fidel en Naciones Unidas
Por décadas lo han intentado satanizar con mil cuentos: que si quitaría la patria potestad, que si los comunistas comían niños, que si estaba entre los hombres más ricos del mundo, que si tal escándalo. Pero Fidel siempre se ha mantenido ahí, firme, sereno y hasta el día de hoy anda invicto. Qué cosas tiene Fidel que ni la naturaleza ha podido con él.
Fidel Castro cumple 87 años este 13 de agosto y, aún con esa ética proverbial con la que separó siempre al estadista hombre público de su vida privada, por estos días no podrá dejar de escuchar en la radio, ver en la televisión y leer en la prensa escrita o digital cómo el mundo festeja su cumpleaños y comparte sus secretos.
Hace algunas semanas leí una de sus frases que define otro de sus mil secretos: “Prefiero el viejo reloj, los viejos espejuelos, las viejas botas… y en política, todo lo nuevo”. Así de sencillo, ¿qué más se puede pedir? Un hombre fuera de liga.
Su hermano, el presidente Raúl Castro, nos da otras pistas: “Yo no he visto a nadie –y lo digo apoyándome en hechos concretos– que haya tenido una voluntad más grande mientras mayores son las dificultades”.
“Pretender medir la dimensión de Fidel es imposible”, nos confiesa Wilfredo Lam desde la solapa de Guerrillero del Tiempo, el libro de Katiuska Blanco donde el diálogo se convierte en dibujo de la personalidad y la vida del Comandante.
fidel en la urss
Fidel en la URSS
filde y allende
Fidel junto al presidente chileno Salvador Allende
fidel y yaseer arafat
Fidel junto al líder palestino Yasser Arafat
Cuenta Katiuska que ni aún en los momentos más difíciles de su vida, Fidel ha estado alejado de los libros y el trabajo. Recuerda la periodista que, apenas unos pocos días después de su operación en julio de 2006 –aún en convalecencia– la llamó y allá se fue ella a trabajar con él en la pequeña clínica donde estaba recluido.
Así es Fidel, el incansable que llegó a dormir no más de cuatro horas diarias y podía pronunciar kilométricos discursos y no perder el hilo de las palabras, y no solo decir mucho sino dar ideas y poner los cimientos para un sueño; porque eso sí tiene Fidel, es un gran soñador.
El propio Gabriel García Márquez lo define como el hombre que va al futuro y regresa todos los días para contarnos qué va a pasar. Gabo lo catapulta en una frase: “Una cosa sabe uno con seguridad: esté donde esté, como esté y con quién esté, Fidel Castro está allí para ganar”.
Por esos caminos anda uno descubriendo los secretos de este hombre y se encuentra que cientos de sus más cercanos amigos y confidentes ya lo han definido. Para el escritor Jean Paul Sartre, “Fidel piensa hablando, o más bien, vuelve a pensar todo lo que va a decir: lo sabe y sin embargo, lo improvisa. Para tener tiempo de ver claramente la relación de las ideas, repite lentamente las palabras, dándole a cada frase –el tiempo de un desarrollo particular– el mismo comienzo”.
Fidel Castro continúa al frente de la Revolución. Con 87 años sigue sorprendiendo con sus reflexiones y su guía. Este hombre, que es capaz de dedicar horas para conversar con uno o miles, a veces sonriente, íntimo, y otras grave y tenaz.
Durante la Crisis de Octubre, en medio de las tensiones de aquellos días, le escuché lleno de valentía hablarle con la verdad al pueblo: “Si este país demostrara temor al imperialismo nos tragarían completo. No se le puede dar, un tantico… hay que resistir. Todos somos uno en esta hora de peligro”.
Eusebio Leal confiesa que lo ha visto superar los límites de la fatiga para aplicarse a persuadir, convencer y modelar a discípulos capaces de continuar la obra. “Le he visto reír y conmoverse hasta el límite, y, en alguna que otra ocasión, esbozar un rictus de amargura ante la decepción de no haber logrado un objetivo. Sobre un hombre de similar estirpe hablamos. Otros requerirán títulos y conocimientos, pero él no los necesita. Basta decir: ¡Fidel!”.
Regreso a los días de la universidad, me lleno de aquellos sueños, de la avidez por los secretos de Fidel y encuentro en todas las palabras, los gritos y los cariños del pueblo, la definición de quién es verdaderamente: el hombre sencillo, humano, firme, sereno, invicto, ético, novedoso, incansable, soñador, líder, unido, sensible, trabajador… y mucho más que se escapa.
Pero falta, esperen, el ingrediente más importante y nos lo regala Conchita Fernández: “Si la lealtad tuviera nombre de persona, se llamaría Fidel, que es lo que quiere decir su nombre en latin: fidelis, o sea, fiel”.
(Tomado de Cubahora)
fidel con garcia marquez
Fidel y el escritor colombiano Gabriel García Márquez
fidel junto a compay segundo
Fidel y Compay Segundo
fidel junto a correa
Fidel y el presidente de Ecuador, Rafael Correa
fidel y hugo chavez
Fidel junto al líder histórico de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez
fidel y jovenes cubanos
Fidel junto a jóvenes cubanos
fidel y maradona
Fidel y Diego Armando Maradona
fidel y nelson mandela
Fidel y Nelson Mandela
fidel y teófilo stevenson
Fidel y Teófilo Stevenson
fidel
Fidel Castro

Tomado de Cuba Debate:http://www.cubadebate.cu/?p=272235