martes, 26 de septiembre de 2017

Referéndum Catalunya punto de inflexión del régimen del 78

El referéndum  de autodeterminación de Catalunya ha puesto a la vista las deficiencias actuales de la constitución aprobada de 1978. No solo que se haya quedado atrás por las aspiraciones de autogobierno de algunas comunidades, sino por las graves deficiencias y carencias que nuestra sociedad sufre. Derechos como al trabajo digno, a la vivienda, a la sanidad, a la educación o a vivir en un entorno saludable, que muchos de ellos están ya recogidos en la constitución, son sistemáticamente ninguneados o burlados por los políticos elegidos para velar por ellos. Hoy ya es una verdad insondable y palpable que los partidos que han sostenido hasta ahora este régimen son solamente meros aperos y trabajadores de lujo de los bancos, las grandes multinacionales y en general están al servicio de la oligarquía. La fuerte crisis económica que golpeó a la clase media trabajadora, la obrera no había mejorado mucho más, hizo que muchas personas que no habían votado esta constitución del 78 se plantearan su validez y la necesidad de adecuarla a las necesidades de los trabajadores. La crisis se convirtió en crónica, me refiero a la que sufren los trabajadores, ya que para la gran patronal se transformó en una buena herramienta para cuadruplicar sus beneficios a costa del sufrimiento de los obreros. Esto si lo unimos a que el partido que gobierna es el partido de historia de España que mas casos de corrupción atesora entre sus cargos, como a su despótica forma de gobernar derivó en una total desafección hacia las instituciones del estado por parte gran parte de población que veía como sus condiciones de vida mermaban ostensiblemente, llegando en la mayoría de los casos a vivir peor que sus progenitores. La apresurada restauración que hemos visto con la abdicación y el cambio de un monarca caduco y crapula por otro mas joven no hizo del efecto balsámico que esperaban, debido sobre todo a que las condiciones materiales y las contradicciones del régimen, no solo eran las mismas sino que se agravaban más para la clase trabajadora. Este fue el segundo referéndum hurtado a los españoles del siglo XXI República versus Monarquía. El primero fue la modificación del  articulo 135 de la constitucion que supedita al pago prioritario de la deuda pública forzando a unos recortes de gasto que imposibilitan que España y sus CC. AA. puedan corregir el enorme retraso de gasto público social que tiene el país. Treinta y cinco años después de iniciarse la democracia, España tiene el gasto público social por habitante más bajo de la UE-15 (junto con Portugal). Se hizo sin referéndum consultivo y se aprobó el 23 de agosto de 2011 con los votos del PSOE, PP y Unión Navarra siendo presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Como se puede observar para lo que se quiere, la elite dirigente de este país, si puede modificar la constitución y dejar de ser la sagrada piedra angular de la "democracia" que no admite reformas. Hay que recordar que las leyes y la constitución no son neutras, sino que responden a los intereses de las clases sociales dirigentes en cada momento dentro de un país. En este caso como la clase dirigente es la burguesía, su constitución responden a los intereses de dicha clase, en contra de la mayoría que somos la clase trabajadora.

Las sociedades y sus circunstancias cambian con el tiempo y no es lo mismo la sociedad que votó a favor de la constitución del 1978, de hecho yo y mi generación no participamos en esa votación, que la actual después de casi 40 años. En este país las oligarquías han secuestrado la capacidad del pueblo de poder expresarse. Solo dos excepciones constitución del 78 y referéndum de la OTAN. Los dos tutelados por las instituciones y con fuertes presiones mediáticas en las que se metio un miedo atroz a los ciudadanos si el resultado no era favorable a lo que demandaban los dirigentes. Cercanas han sido en estos días la aparición de las confesiones a título póstumo de Adolfo Suárez, primer presidente de gobierno de la "democracia," en las cuales dijo que el referéndum sobre el modelo de gobierno, República o Monarquía no se hizo porque le iban a perder de calle y se metió con calzador a la monarquía en el referéndum de la constitución del 78. 


Nunca como argumento esgrimido en favor de no modificar la constitución es un término categóricamente tajante y en filosofía es antidialéctico. Las sociedades para avanzar muchas veces han tenido que luchar contra las leyes injustas. Porque hay que recordar que la esclavitud, la persecución, económica, política, de género o étnica, también estaban reflejadas en las leyes de muchos países con regímenes opresores. La desobediencia civil es una arma pacífica de lucha y resistencia contra la tiranía. Todo evoluciona, los problemas y los retos de las sociedades también. Hoy seguramente el pueblo con más información y libre del miedo que hace 40 años atenazaba a la sociedad (miedo a los sables) votaría otra cosa diferente. La constitución necesita modificaciones para que se adapte a los nuevos tiempos y sus necesidades, pero sobre todo que colme las aspiraciones democráticas que el pueblo demanda. Hay también una condición sine qua non, es que esta se cumpla. Cumplimiento que solo vendrá a través de la aplicación de sus artículos y no solo de los que les interese a los que gobiernen. Pero para ello solo un pueblo instruido y con profundas convicciones democráticas podrá velar por su cumplimiento evitando que se convierta la constitución en simple papel mojado.

La mayoría convenimos en que el referéndum no tenía legitimidad legal pero que sí es legítimo y es democrático es la petición del mismo. Como también lo es la defensa a favor o en contra de la independencia siempre que estas opiniones se desarrollen por los cauces del diálogo y de forma pacífica. Lo que no tienen legitimidad moral ni mucho menos democrática es que el gobierno mas corrupto de la historia de España pretenda para solucionar un problema saltarse sus propias leyes y aplicarlas de forma represiva sobre objetivos pacíficos y democráticos. Este referéndum no habría tenido más recorrido  de que el que tuvo su antecesor. Después del día 1 O no habría sucedido nada extraordinario y seguramente la opción independentista habría quedado muy debilitada. Sin embargo el PP y sus socios de gobierno C,s e inclusive el PSOE han preferido la vía de la confortación policial y judicial para legitimarse. Este clima de falsa exaltación patriótica, de visceralidad y de extremismo judicial permite mediante la manipulación de las emociones primarias de la ciudadanía ocultar otros problemas graves comos son la endémica crisis que sufre los trabajadores, la corrupción o la cercenación cada vez mas de derechos democráticos a través de la aprobación de leyes más represivas contra la libertad de expresión. Estas formaciones políticas anteponen sus intereses partidistas a los intereses y anhelos democráticos del pueblo soberano con el único y exclusivo objetivo de ganar más votos en las próximas elecciones que les permita seguir robando y explotando a los trabajadores sin importarles si el problema se ha solucionado o no. La negación del derecho a votar mediante medidas represiva solamente retrasara lo inevitable posponiendo para un futuro no muy lejano no solo el problema de autogobierno que demandan las diferentes comunidades que quieren optar por el secesionismo sino el de la convivencia democrática. En un momento en que las opciones ultraderechistas están resurgiendo en Europa, el gobierno con sus acciones dan alas a los mas extremistas y violentos de la sociedad española. En vez de rebajar la tensión social, está alimentado con gasolina la hoguera de la intolerancia, la persecución e incluso la justificación mediante el asesinato de los que no piensen igual. El PP y sus socios están tras mas de 40 años a punto de quebrar la convivencia en favor de los idearios mas fascistas de la sociedad, dogmas criminales que creíamos superados y por desgracia no es así como se puede comprobar actualmente ante la actual actitud del PP y grupos de extremaderecha.

Grupo antidisturbio de la Guardia Civil posando
ante la estatua del dictador Franco
Ambas posiciones se alimentan unos de otros, el extremismo les da más fuerza pues a través del victimismo consiguen atraer a los más extremistas a sus posiciones y al final la cuerda se tensará tanto que se romperá. Ello no quiere decir que los dos contendientes estén en el mismo plano democrático y que una postura crítica nos tenga que hacer necesariamente ser equidistantes de lo que esta sucediendo, tendremos que tomar partido y siempre tendrá que ser por aquella opción más democrática y que mejor defienda en conjunto los intereses  de toda la clase trabajadora de los pueblos de España. Está claro que unos y otros no utilizan las mismas "armas" o argumentos para legitimar su postura. En el caso de los independentistas su habilidad para plantear el referéndum como máxima expresión de la voluntad democrática soberana, les diferencia mucho de la deriva autoritaria que el ejecutivo español torpemente utiliza. Usar la vía judicial y policial para resolver un conflicto político de este calado no es la solución. Si a esto le unimos la insidiosa campaña de criminalización que los medios de "comunicación" de carácter estatal hacen sobre personas que apoyan el referéndum, aunque estén en contra de la independencia, pues queda claro para cualquier persona medianamente sensata que todo ello contribuye a generar el sentimiento de independencia de aquellas personas indecisas que no ven un referente democrático en las instituciones estatales. Debe quedar claro que se puede estar a favor de que la gente manifieste su opinión mediante el voto y otra cosa bien diferente es que debamos de estar de acuerdo con lo se plantea.

La democracia no es solamente una constitución plasmada en papel hace muchos años inamovible, inapelable o infalible que podemos agitar como un espantajo contra nuestros adversarios políticos y la ninguneamos cuando nos conviene. La constitución no nos hace uno más demócrata, para ser demócrata hay que tener otras cualidades, como la tolerancia, ser dialogante o saber aceptar los resultados cuando estos no seas favorables a nuestras posiciones. Claro está, siempre y cuando estos resultados no sean nocivos para individuos, colectivos minoritarios ni por supuesto, hagan retroceder el sentido democrático de lo que se pretendía mejorar. En este país no solo se necesita un referéndum, sino una auténtica revolución democrática en todos los sentidos. Construida sobre los pilares de la justicia social y la diversidad que solamente se conseguirá a través del diálogo, la tolerancia y la libertad de información. Solo así podremos votar sin miedo y con libertad.

Al final como en el cuento del Traje del Emperador escrito por el danés Hans Christian, en el que un niño señalaba que el emperador iba desnudo y nadie se atrevia a decirselo, pues eso pasa precisamente con el régimen monárquico. El niño en esta caso, el indepentismo catalán ha señalado al régimen monárquico sus carencias democráticas y que una vez desposeído de sus ropajes supuestamente democráticos la pátina democrática desaparece y queda en su desnudez al descubierto su carácter opresivo. Buen momento de replantearse qué país queremos todos los demócratas.