Karl Marx fue un filósofo, economista, sociólogo e
historiador alemán que vivió en el siglo XIX. Nació el 5 de mayo
de 1818 en la ciudad de Tréveris, en el oeste de Alemania, y
falleció el 14 de marzo de 1883 en Londres, Reino Unido.
Marx
es conocido principalmente por ser el padre del socialismo científico
y el marxismo. Sus ideas revolucionarias y críticas al sistema
capitalista han tenido un impacto significativo en la política, la
economía y la sociología.
El
trabajo más conocido de Marx es "El capital", donde
analiza el sistema capitalista y sus efectos sobre la clase
trabajadora. En esta obra, Marx desarrolla la teoría del
materialismo histórico, que sostiene que la lucha de clases es el
motor principal del cambio social.
Según
Marx, la clase trabajadora, conocida como el proletariado, está
explotada por la clase capitalista, y la única forma de lograr la
liberación de los trabajadores es mediante una revolución que
derroque al sistema capitalista y establezca una sociedad socialista
en la que los medios de producción sean propiedad colectiva.
Las
ideas de Marx han generado muchas controversias y han sido
interpretadas y adaptadas de diferentes formas a lo largo de la
historia. Sus teorías han inspirado movimientos políticos y
sociales en todo el mundo, desde la Revolución Rusa hasta el
movimiento obrero del siglo XX.
A
pesar de las críticas y el rechazo que ha recibido, la obra de Karl
Marx continúa siendo relevante en el estudio de la economía y la
sociología. Su legado es un recordatorio constante de la importancia
de analizar y cuestionar los sistemas económicos y sociales para
lograr una sociedad más justa y equitativa.
2. A pesar de ser conocido como un
teórico comunista, Marx nunca vivió en un régimen comunista ni
experimentó directamente los efectos del comunismo en la práctica.
Pasó la mayor parte de su vida en países capitalistas como Alemania
y el Reino Unido.
4. Aunque es famoso por su obra "El
Capital", Marx nunca completó su obra maestra. Solo publicó el
primer volumen en vida, mientras que los otros dos volúmenes fueron
compilados y publicados por Engels después de su muerte.
5. Contrariamente a la creencia común,
Marx no inventó el término "socialismo". El término ya
existía antes de que Marx comenzara a escribir sobre ello. Sin
embargo, Marx ayudó a construir y desarrollar la teoría y el
movimiento socialista y comunista tal como los conocemos hoy en día.
La
religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un
mundo sin corazón, el espíritu de una situación carente de
espíritu. Es el opio del pueblo.
Cuanto
más de sí mismo el hombre le atribuye a Dios, menos deja para sí
mismo
La
familia burguesa se basa en el capital, en el lucro privado.
Charlar
y hacer son cosas diferentes, más bien antagónicas.
La
teoría del comunismo se puede reducir a una oración: abolir toda
propiedad privada.
El
poder político es simplemente el poder organizado de una clase para
oprimir a otra.
La
burguesía no sólo forja su propia destrucción, sino también a su
propio sepulturero: el proletariado.
La
manera cómo se presentan las cosas no es la manera como son; y si
las cosas fueran como se presentan la ciencia entera sobraría.
Necesitamos
otra educación para otra sociedad y otra sociedad para otra
educación.
Proletarios
de todos los países, uníos.
La
desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la
valorización del mundo de las cosas.
El
libro de Darwin es muy importante y me sirve como una base para la
lucha de clases en la historia.
Para
nosotros el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal
al que hay que sujetar la realidad. Nosotros llamamos comunismo al
movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual.
El
hombre es el ser supremo para el hombre.
Os
aterráis de que queramos abolir la propiedad privada, ¡Cómo si ya
en el seno de vuestra sociedad actual, la propiedad privada no
estuviese abolida para nueve décimas partes de la población.
La
lucha contra la religión es la lucha contra aquel mundo cuyo aroma
espiritual es la religión.
Hoy,
el Poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de
administración que rige los intereses colectivos de la clase
burguesa.
Hegel
dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la
historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se
olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa.
Crees
en el amor como propiedad divina porque amas. Crees que Dios es
sabio y bondadoso porque no conoces algo superior en tí mismo que
la bondad y la inteligencia y crees que Dios existe, que es un ser,
porque tú mismo existes y eres un ser.
La
miseria religiosa, es, por una parte, la expresión de la miseria
real y, por otra, la protesta contra ella.
La
alienación religiosa es una alienación de segundo grado. Expresa
en forma de teoría justificativa lo absurdo que la hace nacer.
Los
hombres contraen determinadas relaciones de producción que
corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas
productivas materiales.
A
lo que más llega el materialismo contemplativo, es decir, el
materialismo que no concibe la sensoriedad como actividad práctica,
es a contemplar a los individuos dentro de la sociedad civil.
El
comunismo no priva a nadie del poder de apropiarse productos
sociales; lo único que no admite es el poder de usurpar por medio
de esta apropiación el trabajo ajeno.
Por
lo que a mí se refiere, no me cabe el mérito de haber descubierto
la existencia de las clases en la sociedad moderna ni la lucha entre
ellas.
Ninguna
formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las
fuerzas productivas que caben dentro de ella.
Las
instituciones del Feudalismo son instituciones artificiales; las de
la burguesía, naturales.
En
estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando
conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman
prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con
este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado,
representar la nueva escena de la historia universal.
Toda
crítica comienza por la crítica a la religión.
Las
ideas dominantes de una época siempre fueron sólo las ideas de una
clase dominante.
La
tradición de todas las generaciones muertas oprime como una
pesadilla el cerebro de los vivos.
La
burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros. Su
hundimiento y la victoria del proletariado son igualmente
inevitables.
El
significado de paz es la ausencia de oposición al socialismo.
La
religión aporta satisfacciones imaginarias o fantásticas que
desvían cualquier esfuerzo racional por encontrar satisfacciones
reales.
Utilizado
como instrumento por todos los partidos, no tiene nada de raro que
el ejército español tomará por algún tiempo el poder en sus
propias manos.
El
capital es trabajo muerto que, al modo de los vampiros, vive
solamente chupando trabajo vivo, y vive más cuanto más trabajo
chupa.
Es
fácil ser heroico y generoso en un momento determinado, lo que
cuesta es ser fiel y constante.
La
peor lucha es la que no se hace.
La
religión es el gemido del oprimido.
La
última fase de una figura histórica mundial suele ser cómica. La
Historia sigue este camino para que la humanidad pueda despedirse
alegremente de su pasado.
El
pauperismo es el hospital del ejército del trabajo.
Cuanto
más lejos nos remontamos en la historia, tanto más aparece el
individuo y por consiguiente también el individuo productor.
El
lujo es lo contrario a lo naturalmente necesario.
¿Qué
demuestra la historia del pensamiento sino que la producción
intelectual se transforma con la producción material?
Sin
la presencia de la lucha de clases, sería difícil justificar la
existencia de los sindicatos.
El
capital no es una fuerza personal; es una fuerza social.
Abolid
la explotación del hombre por el hombre y habréis abolido la
explotación de una nación por otra.
Mi
objetivo en la vida es destronar a Dios y destruir el capitalismo.
Intenta
rodearte de personas que te hagan feliz, que te hagan reír, que te
ayuden cuando lo necesitas. Son los que vale la pena preservar en tu
vida, puesto que el resto está de paso.
Una
idea puede convertirse en una fuerza, cuando se apodera de las
masas.
El
dinero degrada a todos los dioses del hombre y los convierte en
mercancías.
Tiene
que haber algo podrido en el corazón mismo de un sistema social,
que aumenta su riqueza, sin disminuir su miseria.
Sólo
hay una manera de matar al capitalismo: por medio de impuestos,
impuestos y más impuestos.
Dado
que sólo lo que es material es perceptible, cognoscible, nada se
sabe de la existencia de Dios.
Soy
una máquina condenada a devorar libros.
El
único antídoto para el sufrimiento mental es el dolor físico.
El
comunismo comienza donde el ateísmo comienza.
Aunque
sea cobarde, es valiente quien puede comprar la valentía.
Es
necesario un impuesto sobre la renta pesado, progresivo o graduado
para el correcto desarrollo del comunismo.
Las
flores imaginarias de la religión adornan las cadenas del hombre.
El hombre tiene que deshacerse de las flores, y también de las
cadenas.
La
producción capitalista no existe para nada, sin el comercio
exterior.
Sigue
tu propio camino, no importa lo que diga la gente.
El
obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.
La
emancipación del trabajo debe ser una labor de la clase
trabajadora.
El
escritor puede servir muy bien a un movimiento de la historia como
su portavoz, pero no puede, por supuesto, implantarlo.
La
sociedad burguesa moderna ha establecido nuevas clases, nuevas
condiciones de opresión y nuevas formas de lucha.
En
este momento crítico, explota uno de los contagios que
anteriormente parecería un absurdo: la epidemia de la
superproducción.
Cuando
el capital comercial ocupa una posición de supremacía
incuestionable, constituye en todas partes un sistema de saqueo.
A
los ojos de la filosofía dialéctica, nada se establece por toda la
eternidad, nada es absoluto o sagrado.
La
llamada “historia del mundo”, no es más que la creación del
hombre a través del trabajo humano.
El
escritor debe ganar dinero con el fin de ser capaz de vivir y
escribir, pero de ninguna manera, debe vivir y escribir con el fin
de ganar dinero.
Los
propietarios, al igual que todos los hombres, aman cosechar donde
nunca sembraron.
Bajo
ningún pretexto deben ser entregadas las armas y las municiones;
cualquier intento de desarmar a los trabajadores debe ser frustrado,
y por la fuerza, si es necesario.
Un
hombre no puede convertirse en un niño de nuevo o se convertirá en
pueril.
Las
revoluciones son las locomotoras de la historia.
Los
salarios se determinan por la amarga lucha entre el capitalista y el
trabajador.
Aunque
el oro y la plata no son dinero por naturaleza, el dinero es, por
naturaleza, oro y plata.
Jamás
tendremos ni pediremos compasión de usted cuando llegue nuestro
turno.
El
capital suele ser indiscreto con la salud o con la duración de vida
de un obrero, a menos que la sociedad le exija lo contrario.
Los
obreros se encuentran organizados como soldados, como soldados del
ejército industrial, bajo el poderío de una jerarquía de
oficiales y sargentos.
La
filosofía griega pareciera haber encontrado algo con lo que una
buena tragedia no debe cumplir: un final monótono.
Al
hombre íntegro se le dificulta comprender las necesidades de los
hambrientos.
Ninguna
revolución se hace fuera de la vergüenza. A lo que respondo: La
vergüenza ya es una especie de revolución.
Una
exuberancia de amigos no conduce a una mejor filosofía de vida.
Tengo
una mente, sin llegar a convertirme nunca en cazador, pescador,
pastor o crítico.
El
esclavo todavía preso de las nociones arcaicas, debería siempre
inscribirse en el programa de la rebelión.
Si
el dinero es el vínculo que me liga a la vida humana, que liga a la
sociedad, que me liga con la naturaleza y con el hombre, ¿No es el
dinero el vínculo de todos los vínculos?
Nuestra
tarea es la crítica despiadada y mucho más contra aparentes amigos
que contra enemigos abiertos.
Los
proletarios no tienen nada que perder excepto las cadenas.
El
capitalismo tiende a destruir sus dos fuentes de riqueza: la
naturaleza y los seres humanos.
Hoy
el Estado se limita a ser consejo de administración que defiende
los intereses de la oligarquía.
La
razón siempre ha existido, pero no siempre de una forma razonable.
Acaso
ningún otro país, excepto Turquía, es tan poco conocido y tan mal
juzgado por el resto de Europa como lo es España.
La
manera como se presentan las cosas no es la manera como son; y si
las cosas fueran como se presentan la ciencia entera sobraría.
Si
amas sin despertar amor, esto es, si tu amor, en cuanto amor, no
produce amor recíproco, si mediante una exteriorización vital como
hombre amante no te conviertes en hombre amado, tu amor es
impotente, una desgracia.
No
hay otra parte de Europa, que ofrezca al observador reflexivo un
interés tan profundo como España en este momento.
Todo
lo sólido se desvanece en el aire.
Nadie
combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás. La
libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de
algunos, otras veces como derecho de todos.
La
miseria religiosa es, por una parte, la expresión de la miseria
real y, por otra, la protesta contra la miseria real. La religión
es el suspiro de la criatura agobiada, el estado alma de un mundo
desalmado, porque es el espíritu de los estados de alma carentes de
espíritu. La religión es el opio del pueblo.
El
trabajo es por esencia la actividad carente de libertad, inhumana y
asocial, cuya condición y cuyo resultado es la propiedad privada.
La superación de la propiedad privada, por tanto, solo será
realidad cuando se la conciba como superación del trabajo.
Los
trabajadores no tienen nada que perder, salvo sus cadenas. Tienen un
mundo por ganar.
La
teoría del comunismo se puede reducir a una oración: abolir toda
propiedad privada.
El
Estado es un órgano de dominación de clases, un órgano de
opresión de una clase por otra, es la creación del orden que
legaliza y afianza esta opresión, amortiguando la lucha de clases.
Las
violaciones de la ley son generalmente el estallido de factores
económicos que están fuera del control del legislador, pero, como
lo testimonia el funcionamiento de la ley sobre delincuentes
juveniles, depende en cierta medida de la sociedad oficial el
catalogar ciertas violaciones de sus reglas como crímenes y otras
como meras faltas. Esta diferencia de nomenclatura, lejos de ser
indiferente, decide el destino de miles de hombres, y el tono moral
de la sociedad. La ley misma puede no sólo castigar el delito, sino
también improvisarlo.
No
partimos de lo que los hombres dicen, piensan, o imaginan, para
llegar a los hombres de carne y hueso. Partimos de los hombres
realmente activos y estudiamos el desarrollo de los reflejos y ecos
ideológicos de sus verdaderos procesos vitales como nacidos de
estos procesos vitales. No es la conciencia la que determina la
vida, sino la vida la que determina la conciencia.
Si
amas sin despertar amor, esto es, si tu amor, en cuanto amor, no
produce amor recíproco, si mediante una exteriorización vital como
hombre amante no te conviertes en hombre amado, tu amor es
impotente, una desgracia.
Cuando
haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos
a la división del trabajo, y con ella, la oposición entre el
trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea
solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando,
con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan
también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los
manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse
totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad
podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según sus
capacidades; a cada cual, según sus necesidades!
Igual
que en la religión el hombre es dominado por el producto de su
propia cabeza, en la producción capitalista lo es por el producto
de su propia mano.
La
desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la
valorización del mundo de las cosas.
La
religión es el opio del pueblo.
No
es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el
contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.
Los
filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el
mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.
La
historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia
de la lucha de clases.
El
proletariado no tiene nada que perder excepto sus cadenas.
Los
filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el
mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.
La
propiedad privada moderna es la expresión de la esencia de la libre
competencia.
Los
obreros no tienen patria. No se les puede quitar lo que no tienen.
El desarrollo
humano es la verdadera riqueza de una nación.
El
fin es el derrocamiento del régimen capitalista y la toma del poder
por parte de la clase obrera.
La
teoría de la historia de Marx es ciencia en sus fundamentos,
historia de la lucha de clases en su desarrollo.
No
basta con interpretar el mundo, es necesario transformarlo.
La
enajenación del trabajo no es algo natural, es el resultado de la
división social del trabajo en una sociedad de clases.
La
revolución proletaria es la única solución a los problemas del
capitalismo.
El
capitalismo es un sistema basado en la explotación y la alienación
del ser humano.
El
comunismo no es el estado de cosas que debe implantarse, es el
movimiento real que anula y supera el actual estado de cosas.
La
revolución socialista es el primer paso hacia la emancipación
humana.
La
historia es la historia de la lucha de clases, y en última
instancia, de la lucha entre el capital y el trabajo.
El
socialismo no es solamente un ideal a alcanzar, es una necesidad
histórica.
En
una sociedad comunista, los individuos son libres al no depender de
la propiedad privada.
El
capitalismo no puede existir sin la explotación y opresión de la
clase trabajadora.
La
verdadera libertad solo puede ser alcanzada mediante la abolición
de la propiedad privada.
La
desigualdad es inherente al sistema capitalista.
El
trabajo no debería ser una carga, sino una fuente de realización y
desarrollo humano.
La
revolución socialista busca la igualdad económica y social para
todos los seres humanos.
El
socialismo no se trata simplemente de redistribuir la riqueza, sino
de abolir la explotación.
El
comunismo es la sociedad en la que el ser humano controla su propio
destino, en lugar de ser controlado por las fuerzas económicas.
La
clase obrera, una vez unida, tiene el poder de cambiar radicalmente
la sociedad.
El
objetivo final del socialismo es la abolición de todas las clases y
la creación de una sociedad sin explotación ni opresión.
El
socialismo es el reino de la libertad y la igualdad, donde cada
individuo puede participar plenamente en la vida social y política.