viernes, 15 de octubre de 2021
La dura verdad sobre la dictadura de Franco
viernes, 26 de febrero de 2021
El As Republicano Español de la Segunda Guerra Mundial
Aquí estamos ante otra de esas anomalías que la historia, la de España, con mayúsculas tiene olvidada por intereses políticos pero que en otros lares es una leyenda que lucho por su paisa. Hablamos del Coronel José María Bravo. Piloto republicano que participó en la Defensa del Cáucaso y escoltó a Stalin a la conferencia de Teherán. Fue el piloto con mayor numero de derribos de la historia española. Murió en 2009. La figura de este aviador español es una verdadera leyenda en Rusia donde en 2012 le dedicaron una película por su contribución decisiva en la derrota de los nazis. Mientras que España su persona no es ni tan siquiera recordada.
En cambio la división azul, sinónimo del fascismo mas atroz que destrozo las libertades de la Republica Española y contribuyo a masacrar al pueblo soviético en la cerco de la ciudad heroica de Leningrado, murieron cerca de un millón de personas en unos de los asedios mas largos de la historia, sigue siendo glorificada por el fascismo patrio con la complicidad de las autoridades, ante el espanto y asombro de la Europa democrática.
sábado, 15 de agosto de 2020
A 214 años de la Reconquista de Buenos Aires
Excelente articulo tanto desde la óptica histórica como de su análisis marxista. Desde el punto de la historia porque nos aporta datos históricos sobre la hermana nación Argentina que el gran público español amante de la historia seguramente desconoce y desde la mira marxista porque que hace un excelente análisis de incipientes luchas de clase que surgían en el continente americano y sus consecuencias en el futuro desarrollo de ella en los posteriores siglos.
"Todo gran imperio necesita de una propaganda, una leyenda rosa para glorificarse y una leyenda negra para sus enemigos"
A 214 años de la Reconquista de Buenos Aires continuamos desarrollando nuestra lectura histórica con una nueva columna de opinión del camarada Juan Edelmiro, militante orgánico de Vanguardia, Escuela de Formación Marxista Leninista.
En esta oportunidad se desarrolla una lectura materialista de uno de los hechos políticos más significativos de nuestra historia para comprender con mayor claridad la dialéctica de clases y de Estados.
Les recordamos a todos aquellos que quieran realizar un aporte a la sección “Columna de Opinión” pueden hacerlo enviándolos a vanguardiaescuelafml@gmail.com, desde donde les responderemos a la brevedad.
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LA RECONQUISTA DE BUENOS AIRES:
Lucha de clases, Estados e Imperios (breve análisis materialista)
Hace 214 años, más precisamente el 12 de agosto de 1806 una milicia popular de 8 mil hombres logra derrotar a la potencia militar más poderosa del mundo en su intento de expandir su dominio imperial y depredar nuevos territorios y pueblos a costa de capitalizar y globalizar su revolución industrial. Este evento, sumado a la batalla de Trafalgar, es un punto clave para el futuro del territorio rioplatense y su pueblo, y trae consigo una profundización en el conflicto (lucha y dialéctica) de clases, Estados e imperios en el vasto territorio del Virreinato del Río de La Plata.
En un contexto de guerra comercial que enfrenta al Imperio británico contra el Imperio francés, comandado por Napoleón Bonaparte que controlaba Europa y embargaba a los británicos impidiéndoles comerciar con el continente; los mares se transforman en un campo de disputa entre el Imperio británico y el Imperio español.
España, aliado de Francia, lucha con las pocas fuerzas navales que le quedan por mantener el control de sus mares ante el auge industrial y productivo británico que busca establecer nuevos puertos francos para poder comerciar. Y es que tras la derrota de Trafalgar la flota española quedó severamente dañada, esto afectó directamente a la comunicación entre la península y la américa española, y con ello, la protección de sus mares, teniendo en cuenta las delimitaciones marítimas en las cuales las mayores potencias imperiales ejercían control absoluto sobre mares enteros (mare clausum) monopolizando el comercio. Por supuesto esto era un obstáculo para los intereses británicos, que pretendía romper el mare clausum del imperio español —vigente desde el tratado de Tordesillas— e imponer en su lugar el principio de mare liberum (mares liberados) en los cuales expandir su comercio por mar.
Esa sucesión de hechos fueron determinantes para la (posterior) caída del Imperio español, las guerras civiles en Hispanoamérica, la penetración del imperio británico en ese largo proceso y el desarrollo del capitalismo a escala universal. Una de sus primeras acciones fueron las invasiones al Río de La Plata, cuando un contingente británico de 1.000 hombres al mando de William Beresford partió desde Sudáfrica hacia nuestras tierras y que, pese a la superioridad anglosajona en mar, culminaron inusitadamente en una derrota terrestre por parte del pueblo porteño y su heroica resistencia ante los invasores.
LA OLIGARQUÍA PORTEÑA ANTE LA INVASIÓN
Pero no todos los porteños resistieron. Pese a que la respuesta popular ante la invasión demostraría ser tajante, hubo un pequeño pero poderoso sector de la sociedad que no dudó en recibir y agasajar al invasor; esta no fue otra que la oligarquía porteña, que fiel a su tradición cosmopolita y apátrida juró lealtad a la nueva autoridad. El concepto de "libre comercio" como lo comprendía el imperio británico era plenamente compatible con los intereses de aquellos contrabandistas porteños que consolidaron sus privilegios con el reglamento de libre comercio de 1778 pero cuyas ambiciones eran mayores que comerciar solamente con la península.
En contraposición a la oligarquía porteña, el pueblo, que sentía la presencia inglesa como una amenaza a sus costumbres, tradiciones e intereses comunes, comprendiendo que el objetivo británico no era otro que convertir a Buenos Aires en una colonia exportadora de materias primas a menor costo; no dudaron en oponer resistencia al nuevo poder.
Sectores de la burguesía española y criolla junto a los sectores más populares se reunieron clandestinamente y empezaron a organizar milicias populares a cargo de Martín de Álzaga y Santiago de Liniers para dar una lucha efectiva contra los británicos. De esos 8.000 voluntarios, más de la mitad, 5.000, eran criollos. Cabe destacar que Martín de Álzaga era un rico comerciante español que contrario a la oligarquía porteña, veía al decreto de libre comercio promulgada por la nueva autoridad colonial británica como una amenaza a sus intereses. Esta paradoja es una evidente muestra de dialéctica de clases, puesto que incluso dentro de una misma clase existen contradicciones y luchas entre sí.
Tras la victoria de las milicias populares sobre las tropas de Beresford se esperaba un nuevo contingente británico tarde o temprano. Ante esta amenaza inminente se convoca a un cabildo abierto, se depone a Sobremonte como Virrey y en su lugar se elige a Liniers, se reorganizan las milicias y se "profesionalizan" para la defensa de Buenos Aires en todo momento.
El contingente llegó menos de un año después, en julio de 1807. Las fuerzas británicas que esta vez contaban con más de 11.000 hombres, superaban en número a las milicias rioplatenses. Pese a esto, luego de enfrentamientos poco fructíferos para las milicias, los vecinos de la Plaza Miserere aún desarmados lucharon con lo que tenían a mano para expulsar a los británicos.
LA DERROTA MILITAR, LA VICTORIA GEOPOLÍTICA
La invasión resultó en un fracaso rotundo en lo militar gracias a la heroica y contundente reacción del pueblo del virreinato que se rehusaba a ser sometida por la depredación colonial británica. Pero la derrota no significaría para los británicos la claudicación a la idea de dominación económica, cultural y política. Aún pese a no haber alcanzado el objetivo de dominar a la fuerza y establecer una colonia de iure sobre nuestro territorio, la penetración de las ideas de libre comercio, las revoluciones hispanoamericanas ya se estaban gestando, su injerencia en este proceso y en el desmembramiento del Imperio español terminaron con el imperio británico como gran vencedor y su dominación se concretó de facto. Ya no había necesidad de imponer por la fuerza puertos francos dependientes del imperio británico, solo bastaba con aliarse con la burguesía cosmopolita triunfante del nuevo Estado amigo para establecer ese dominio y dependencia a través de la exportación de materias primas y de paso impedir su desarrollo industrial para que no surja una competencia. A lo que cabría preguntarnos, ¿el proceso de "emancipación e independencia" quedó inconcluso o las condiciones fueron creadas desde afuera por un Imperio mayor para que fuera así?
La historia es constante. Así como las revoluciones derrocan viejos regímenes y elevan nuevos órdenes y ascienden una clase por sobre otra; lo propio sucede con los Estados y los imperios. Unos se imponen y ejercen dominio sobre otros Estados menores.
Aún por mucho que el imperio español intentara retrasar el derrumbe del período mercantilista, el avance de las fuerzas productivas es incesante. Con el nacimiento de nuevas relaciones de producción, la clase más avanzada y revolucionaria se termina imponiendo sobre la que ya ha quedado anticuada y el progreso se abre paso inevitablemente. El imperio español pudo retrasar un poco más la llegada de lo inevitable pero, al no revolucionarse, el costo a pagar fue su propia caída. El imperio británico en cambio se impuso como potencia mundial controlando los cinco mares, los cinco continentes y consigo puso su sello en el desarrollo del nuevo modo de producción capitalista y su absoluto monopolio.
Es ese proceso, poblado de contradicciones, donde se va gestando el triunfo de las concepciones liberales, ligadas al progreso económico y el desarrollo capitalista, todas ellas íntimamente relacionadas al protestantismo anglosajón y su cosmovisión.
Y es a su vez, producto de esta dialéctica de clases y de Estados, que dicho desarrollo capitalista adquiere paulatinamente un carácter profundamente dependiente del imperialismo británico, y solo cuando este entró en decadencia fue relevado por los Estados Unidos. Al igual que no se puede entender la historia de Estados Unidos y su depredación capitalista sin entender al Imperio británico —su gestante— no se puede entender la historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata sin el Imperio español, ni se puede entender nuestra historia como Nación Argentina sin la experiencia de las Provincias Unidas y la contradicción entre el Imperio español y la intervención e influencia británica.
No es casualidad que el liberalismo cosmopolita y apátrida de nuestros días esboce el argumento contrafáctico de que “si hubiéramos sido colonia británica, hoy hubiéramos sido Australia”. Los esbirros anglófilos han escrito la historia oficial, el relato mitrista liberal. Lo han hecho porque en la práctica el imperio británico se impuso y su influencia tras el desmembramiento del Imperio español brotó con gran fuerza porque tuvo la oportunidad y el poder de hacerlo. Todo gran imperio necesita de una propaganda, una leyenda rosa para glorificarse y una leyenda negra para sus enemigos. La burguesía a adherido a este mito junto a la leyenda negra hispanófoba. Nuestra tarea como comunistas es luchar contra esas ideas reaccionarias, liberales y cosmopolitas, buscar la verdad en los hechos y someter a análisis la historia desde una perspectiva materialista.
Debemos estudiar la historia de nuestra patria, incluso desde antes de su conformación como tal para entender quienes somos, entender el presente y actuar de acuerdo al conocimiento adquirido para transformar el futuro con el marxismo-leninismo como guía —y el materialismo como herramienta de análisis—, adaptándolo a nuestras condiciones materiales concretas, las de nuestro pueblo y nuestra Patria. La lucha de clases, Estados e imperios es una constante.
miércoles, 28 de agosto de 2019
Cueto pobre, Cueto rico
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Cueto Valdenoja |
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Cueto pueblo |
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Cueto Valdenoja |
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Cueto pueblo |
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Bajada de la Calzada |
sábado, 27 de julio de 2019
Marx y los planteamientos totalitarios del capitalismo

sábado, 30 de marzo de 2019
El plan de Stalin para la transformación de la naturaleza


Si teneis interes por ver lo que en el tema de desarrollo ecológico se investigo y se realizo en la Unión Sovietica en esta otra pagina podreis encontrar información mas detallada. http://aahs-100revolucion.com/index.php/2018/12/17/hace-70-anos-del-plan-de-transformacion-de-la-naturaleza-de-1948/






Se desarrollaron máquinas para la siembra simultánea de siete filas de árboles. En lugar de escarificadores con tracción animal, se empezó el desarrollo de los primeros mini tractores para labrar las zonas de trabajo (el llamado moto-cultivador TOP con un motor de tres caballos). Surgieron igualmente aspersores de motor autónomos destinados al riego aéreo de cultivos hortícolas. A esas alturas ya se efectuaban pruebas de tractores-cosechadoras y otras máquinas soviéticas para la recolección mecanizada de cereales, algodón, lino, remolacha y patata.

Junto a la protección forestal de los suelos, fueron tomadas medidas de conservación y mejora de los masivos bosques particularmente importantes, incluyendo el bosque de Chipov, el bosque de coníferas de Khrenovskoi, el bosque Borissoglebski, las reservas de Tula, el Bosque Negro en el oblast de Khersonski, los bosques de Velikoanadolski y los bosques de coníferas de Buzulúkski. Parques y plantaciones devastadas durante la guerra fueron recuperados.


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Mark Ozerny 1890 – 1957 |
Notas:
miércoles, 28 de noviembre de 2018
Stalinismo la leyenda negra


El pánico que se apodero de las élites gobernantes fue tremendo si el ejemplo cundía en mas países y con la ayuda del fascismo puso desde el mismo inicio de la URSS su maquinaria de guerra para destruirla.


Ha sido y sigue siendo tal que el adoctrinamiento total a través de décadas de propaganda a producido el efecto de que no solo esta información falsa ha calado entre los trabajadores sino que muchos de los que se dicen sus representantes políticos la comparten bien por ignorancia o bien por oportunismo para ser aceptados como la "izquierda" sensata por la burguesía. Es sin duda el periodo de Stalin el que mas mentiras y controversia genera pues no es en vano en este periodo histórico donde se demuestra la plena validez de las ideas comunistas.


En 1920, la URSS tenía una tasa de alfabetización inferior al 40%. En 1952, la tasa era del 98%.
Rechazó el racismo y la inferioridad de la mujer. Es más, la mujer tenía plena igualdad con el hombre. La baja por embarazo y maternidad era de hasta 20 meses.
La atención médica de la URSS fue mucho era muy buena. Se dice que las mujeres soviéticas que vivían bajo el gobierno de Stalin fueron la primera generación de mujeres que tuvieron hijos en los hospitales. Además, fue el primer sistema sanitario gratuito del mundo.

La jubilación se redujo a 60 años en el hombre y 55 en la mujer, pudiéndose reducir hasta 5 años en los trabajos que eran realmente duros, como ser minero. El estado pagaba un mes de vacaciones anuales. La baja por enfermedad se cobraba al 100%.

Los alquileres eran de precio fijo. Incluían gas, electricidad, teléfono y agua caliente y se fijaban alrededor de un 6% de los ingresos del trabajador. Todo el mundo tenía una vivienda digna.
El número de médicos cada 100.000 habitantes eran 205. En EEUU eran 144. En Suecia, 101...

Los planes quinquenales, que fueron los responsables de levantar económicamente al país y de industrializarlo. El orgullo de Stalin.
Se impulsó el desarrollo del programa espacial, gracias al desarrollo de la ciencia. En 1952, la URSS tenía cerca de 150.000 ingenieros titulados y más de 4 millones de estudiantes.

Se introdujo el primer sistema educativo totalmente público y gratuito del mundo, desde primaria hasta la universidad. Además, los colegios ofrecían gratuitamente alimentos para los alumnos, lo que hacía más fácil la conciliación laboral-familiar.
¿Hace falta recordar que bajo la dirección de Stalin, el Ejército Rojo derrotó a la Alemania Nazi? Alrededor de un 85% de la Wehrmacht y las Waffen SS fueron derrotadas en dicho frente.

Los vehículos eran difíciles de conseguir, pero existía una exitosa red de transportes públicos que cubrían la basta extensión de la URSS, siendo totalmente gratuito en los centros urbanos.
Se elevó la esperanza de vida de los soviéticos, de menos de 40 años en 1917, a llegar hasta los 68-70 años en 1955, al nivel de occidente.