28 DE MARZO DE 2014
Fuera, fuera, ladrones de naciones, guardianes de la cúpula banquera, cluecas del capital y sus doblones: ¡fuera, fuera! (Miguel Hernández)
Miguel Hernández no murió, como suele decir los medios de propaganda del capital, sino que fue asesinado por aquellos que todavía continúan pisoteando y explotando al pueblo del que el poeta comunista siempre se sintió parte. Fue castigado por ponerse de su lado, con todas sus fuerzas y en todos los frentes, con sus poesías y arma en mano junto a los que defendían su país de los agresores extranjeros, el fascismo alemán e italiano, y sus títeres locales, los grandes empresarios y terratenientes y los mercenarios a las órdenes del general Franco.
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