viernes, 14 de julio de 2017

Pequeña historia, gran historia Vallecas 1936



Pequeña historia, gran historia, del ataque a Madrid en 1936 por parte de los sublevados fascistas de Franco y que se cebo esencialmente con el pueblo, en aquel entonces, de Vallecas por su carácter obrero pero sobre todo por su organización socialista. En el articulo demuestra una vez mas el carácter de clase de la contienda española que poco a poco va desmontando la tan manida teoría de la guerra civil sostenida por la mayoría de historiadores a fines al régimen monaquismo.

No fue una guerra de hermano contra hermano, aunque si coincidió que muchas familias estuvieron divididas, sino una guerra impuesta por la oligarquía que se resistía a perder su poder y sus privilegios sobre las masas de trabajadores y campesinos españoles de la época que paulatinamente iban perdiendo ante el avance imparable de la democracia que la República, con todos sus defectos, traía a los españoles.

Salvando los paralelismos históricos y temporales es mas o menos como sigue actualmente perpetuados con el régimen monárquico actual heredero directo del fascismo

Vallecas

Tres niños hablan despreocupados sentados en el bordillo de la acera. Uno de ellos, una niña totalmente vestida de blanco mira a los otros y ríe divertida, con un pie apoyado sobre un cascote de piedra. En segundo plano hay una mujer, de pie, apoyada en el quicio de la puerta, que les mira y sonríe, seguramente entretenida con la inocencia y las ocurrencias de los pequeños. La imagen es casi idílica hasta que nos fijamos en las paredes de la casa, tan heridas sin compasión por la metralla que apenas se mantienen en pie, y ampliamos el foco vemos que esta casa, ante la que una familia pasa el tiempo al tenue sol de una mañana de noviembre, es la única que ha sobrevivido al bombardeo del día anterior. Esto es Vallecas. los que menos tenían lo perdieron todo. Menos la dignidad.

El golpe de estado fascista y la Guerra Civil que siguió a su fracaso no pillaron por sorpresa a nadie en Vallecas, por aquel entonces municipio independiente de Madrid que ya contaba en 1936 con más de 50.000 habitantes, obreros en su mayoría que habían llegado en los años 20 desde Castilla La Mancha, Extremadura o Andalucía y que habían levantado sus casas con sus propias manos en Entrevías, Palomeras, El Pozo… Con semejante población los partidos obreros estaban bien organizados en Vallecas; PSOE, PCE Y CNT usaban sus sedes como escuelas de alfabetización para los obreros y sus familias, como comedores para los más necesitados y, sobre todo, organizar a los trabajadores en su propia defensa y en la de la República.

Nada más conocerse el golpe de estado las organizaciones obreras movilizaron a sus militantes y estos respondieron de forma valerosa exigiendo armas para defender el sueño que tan largamente habían perseguido. Rápidamente consiguieron tomar el control del barrio frente a los fascistas, que pretendían hacerse con la avenida de La Albufera, entonces carretera de Valencia, para, al igual que durante la batalla del Jarama, controlar el paso de personas y suministros hacia la capital y el polvorín del Pueblo de Vallecas. Los comedores comunales se extendieron y la organización obrera llegó incluso a recogidas de ropa, utensilios y la emisión de vales ante la falta de dinero.

Los bombardeos masivos sobre Madrid comenzaron a primeros de noviembre de 1936, en paralelo a la ofensiva fascista para tomar la ciudad desde Carabanchel, Casa de Campo, Carretera de La Coruña y Ciudad Universitaria. También se esperaban ataques en Vallecas, por lo que Vicente Rojo, Jefe del Estado Mayor del Ejército Republicano y encargado por José Miaja organizador de la defensa de Madrid, envía a Líster a Entrevías aunque rápidamente, el 8 de noviembre, es enviado a la Casa de Campo a repeler la ofensiva ordenada por Varela.

El fracaso en la conquista de Madrid, ayudado en gran parte por el hallazgo en un carro de combate italiano perdido en la Casa de Campo de una copia del plan de ataque de los franquistas, y por la llegada a Madrid de las Brigadas Intenacionales, que entraron en combate el día 9 haciendo suya nuestra guerra, llevó a Franco a tomar la decisión de que si no podía tomar Madrid, lo destruiría “Destruiré Madrid antes que dejárselo a los marxistas”. Vallecas fue el barrio (entonces aún pueblo) más afectado por las bombas que caían desde los trimotores Junkers Ju 52, dos de los cuales están expuestos en el Museo de La Aviación de Cuatro Vientos. Están documentados 35 muertos y 42 heridos en Vallecas aunque pudieron ser muchos más.

¿Por qué se bombardeó Vallecas? no hay razones militares para ello. Los hombres y mujeres vallecanos que no estaban luchando en el frente, cruzaban cada día a Madrid por el puente del arroyo Abroñigal para trabajar. Se trataba simplemente de un ataque fascista a la clase trabajadora, a las organizaciones obreras, fuertes en Vallecas. Ninguna bomba franquista cayó sobre el barrio de Salamanca, caían sobre barrios obreros como Vallecas, como Tetuán, caían sobre el arte del Museo Del Prado o el Palacio de Liria, abierto a los madrileños por el Partido Comunista, caían sobre la estación de metro de Puente de Vallecas mientras era usada como refugio.

Diario “El Liberal” 6 de Noviembre de 1936
Los combates aéreos también fueron frecuentes en el cielo de Vallecas hasta bien entrada la primavera de 1937. Los vallecanos, como el resto de madrileños, salían a la calle a contemplar y vitorear a sus “Chatos” y sus “Moscas” que ponían en desbandada a los “Chirris” italianos. Dos de estos Chirris fueron derribados en Vallecas el 5 de noviembre, cayendo uno cerca del puente de Vallecas y el otro en un descampado cercano de Moratalaz.

Con el desplazamiento de tropas hacia otros frentes la vida pasaba relativamente tranquila en Vallecas hasta marzo de 1939 cuando el Coronel Segismundo Casado, jefe del ejército del Centro desde mayo de 1938 y anticomunista declarado, crea el Consejo Nacional de la Defensa y da un golpe militar contra el gobierno de Juan Negrín con la intención de entregar Madrid a Franco: “entre militares llegaremos a entendernos”, decía. Sólo encontraron la oposición militar del PCE hasta que en la madrugada del 9 de marzo entró en acción el IV cuerpo del ejército del anarquista Cipriano Mera y acabó con toda resistencia. La dirección del Partido Comunista se reunió en Villa Eloísa, sede de su estado mayor, y decidió prepararse para la evacuación. El 28 de marzo las tropas franquistas entran sin oposición en Madrid sin pegar un sólo tiro. Por la Avenida de la Albufera desfila el Segundo Tercio de Requetés y los vallecanos que se les habían resistido durante tres años eran recluidos en el campo de concentración creado en el campo del Rayo Vallecano (entonces A.D. Rayo), equipo que jugaba en el campeonato de la Federación Obrera de Fútbol. Curioso.

Guillermo Nevado @Droga_Oporu

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