lunes, 22 de octubre de 2012

Sabor agridulce


   Es sin duda que en estos últimos  comicios autonómicos los resultados electorales han sido agridulces  y no van a dejar indiferente a nadie, ni a los poderes facticos y sobre todo a la izquierda combativa de España. Sin duda podemos resaltar dos hechos significativos que nos han deparados los resultados, siempre claro esta, teniendo en cuenta las diferencias políticas y peculiares de ambas comunidades. De un lado  es significativo el desplome del partido de la burguesía liberal PSOE y ascenso de las coaliciones de izquierda. En Galizia la Alternativa Galega de Esquerda (AGE) la coalición electoral entre IU y Anova y en  el país vasco Euskal Herria Bildu (Reunir Euskal Herria) que es la suma de la izquierda aberchale vasca. Y en el otro aspecto a destacar es el empaque y aguante de la derecha conservadora, tanto nacionalista española, PP y UPYD como de la soberanista PNV, que no pierden poder,  y en muchos casos lo aumentan pero con un dato significativo, con la perdida de un parte importante de sus votantes.

   Alternativa Galega de Esquerda (AGE) y Euskal Herria Bildu son las claras ganadoras de la izquierda de sus respectivos ámbitos geograficos. Aunque ambas opciones políticas no comparten el 100% de sus programas. Coinciden en un  90% en la defensa de los intereses de la clase trabajadora contra la burguesía dominante.  Que ambas formaciones hayan conseguido este éxito no es debido al azar ni a la casualidad, si no es el producto de una larga trayectoria política coherente,  fruto del trabajo de una intrincada negociación entre las diferentes partidos y sensibilidades de izquierda que componen dichos frentes populares de izquierdas, pero sobre  todo se debe a su discurso político de defensa de la clase trabajadora acorde con los valores socialistas que defienden ambas organizaciones.
Ganadores
  
   Esto tiene una enorme trascendencia y de importancia en la lucha de la clase  trabajadora de nuestro estado. Por que se demuestra que cuando hay una mínima voluntad de unidad programática que se plasma en un proyecto electoral político que sea ilusionante a los ojos de los trabajadores, el ascenso de la izquierda puede ser imparable.
    
   No puede ser que halla  mas de  un 40% de obreros que no votan, o que sus votos son nulos o que votan en blanco. Debido a no creen o no se sienten identificados con los planteamientos políticos que defienden ninguna fuerza políticas. Una fuerza de izquierdas netamente obrera debe  volcar todos sus esfuerzos en hacer entender a los trabajadores que no votar o votar a partidos burgueses, es hipotecar y entregar nuestras vidas, al capitalismo que no distingue entre personas y números estadísticos. La izquierda real debe hacer un esfuerzo supremo no solo en elaborar programas que suelen ser bastante densos, si no que debe hacer un incapie en la necesidad de la transparencia y honestidad de cada uno de sus candidatos. Deben generar confianza y esperanza a la vez entre los obreros. Cuando la clase trabajadora, o sea cuando la mayoría de la sociedad tomemos conciencia  de que el voto puede ser un instrumento tan valido de lucha  por la defensa de nuestros interese de clase como otra herramienta de lucha mas, daremos un salto cualitativo en la consecución de la emancipación de la sociedad.
   
Perdedores
Oportunistas
   Permitir que gobierne la derecha por culpa falta de la unidad entre diferentes partidos, como es el caso  que ocurrió en Grecia por falta de entendimiento político entre Syriza y el KKE se podría denominar que es un acto contra revolucionario. Una cosa similar, aunque no tenían opciones  claras de gobernar, pero con una historia mas rocambolesca ha venido a escenificarse en  Euzkadi  dentro de la izquierda o del partido que  tradicionalmente representan el voto obrero de izquierdas no nacionalista. Esto es lo que ha sucedido con la coalición de Izquierda Unida que se presentaba dividida en dos partidos, uno apoyado por Izquierda Abierta de Gaspar Llamazares Ezker Batua-Berdeak (EB-B) encabezada por Javier Madrazo y otra avalada por IU Federal Ezker Anitza comandada Mikel Arana.

  Cualquier analista medianamente inteligente habría observado que la mayoría del voto obrero de izquierdas iría a parar a la formación aberchale de izquierdas  que en estos momentos esta en  la cúspide de su auge y que la opción de presentarse divididos y enfrentados era un suicidio. Esta situación a parte de ser  de una idiotez supina ha dado al traste con las expectativas de revalidar y de ampliar la representación a la izquierda no independentista. La clase trabajadora no es tanta tonta como a veces se cree y los errores políticos graves se acaban pagando.
    
   Esta división que obedece en muchos casos a intereses espurios de el movimiento obrero. Se deben sobre todo a personalismo narcisistas de algunos lideres, a proyectos aventureros políticos o a sectarismos basados en planteamientos políticos de antagonía  histórica. La dura lección que esta formación aprendido después de las ultimas elecciones es que todo lo que no sea trabajar por unos puntos comunes que superen las diferencias ideológicas, los personalismos y los oportunismos políticos mal entendidos, que aboguen en pos de la unidad de la izquierda, en estos momentos económicos tan duros para los trabajadores, es mas que menos una traición a lucha obrera.
     
   En Cantabria hace casi un año que se ha puesto en marcha una coalición de izquierdas que ha sido pionera en el estado español Iseco, Izquierda Social y Ecologista. Es un claro ejemplo de voluntad de construcción de un proyecto político con un discurso propio alternativo e independiente del sistema económico. El proyecto esta ahí empezando a rodar, esperando la participación y el apoyo de la sociedad trabajadora, de sus movimientos sociales, vecinales y del movimiento sindical. 

  Este proyecto político tan ilusionante de unidad debe ser el instrumento eficaz en lucha en la defensa de los intereses del pueblo trabajador cántabro. Este debe ser también el altavoz que amplifique la voz en el parlamento autonómico y estatal  de los desposeídos, de los mas débiles, que sea la plataforma de defensa y denuncia de los  intereses de los ciudadanos, en definitiva de los  trabajadores cántabros.  Es una obligación anteponer la defensa del bien común sobre nuestros intereses particulares o partidistas. Debemos desterrar de él los personalismos, acabar con  el sectarismo político y sobre todo buscar  por encima de las diferencias ideológicas los puntos en común que permita avanzar y hacer cada vez mas grande el movimiento hasta llegar a conquistar la hegemonía política de Cantabria, de España, de Europa hasta llegar al internacionalismo.  

   Es un deber moral y político de todos los que nos reclamamos de la izquierda cántabra, a la izquierda del PSOE,  de estar a la altura de las circunstancias históricas actuales. Debemos estar por encima de la mediocridad política.

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