Seguramente casi todo el mundo conoce la creación del El Banco Mundial de Semillas de Svalbard (también llamado Bóveda Global de Semillas y en inglés Svalbard Global Seed Vault y en noruego Svalbard globale frøkvelv ) que es una enorme despensa subterránea de semillas de miles de plantas de cultivo de todo el mundo, situado cerca de Longyearbyen en el archipiélago noruego de Svalbard. Es el almacén de semillas más grande del mundo, creado para salvaguardar la biodiversidad de las especies de cultivos que sirven como alimento en caso de una catástrofe mundial. Se conoce popularmente como "Bóveda del fin del mundo" (en inglés Doomsday Vault), pues es capaz de resistir terremotos, impactos de bombas nucleares y demás desastres. La denominación "bóveda" es una mala traducción del inglés "vault", un término arquitectónico que significa "bóveda". En este contexto significa "cámara acorazada", "reserva" o, lo más apropiado en este caso, "banco".
Sin embargo pocos conocen la historia de que el primer Banco de Semillas o Arca fue creado en la Unión Sovietica por un grupo de científicos visionarios en 1921 y que sufrieron los horrores de la segunda guerra mundial y sobrevivió a ella para servir de alimento a la población superviviente. Esta es su historia
Esta es la historia de un banco de semillas, uno de los más importantes y antiguos del mundo, y seguramente el más famoso. Es famoso por el heroísmo y el compromiso de sus guardianes, que dieron su vida por salvaguardar este valioso banco de semillas.
En 1921, el biólogo botánico Nikolai Vavilov fundaba el Instituto Industrial de la Planta de toda la Unión. Esta institución acumuló miles de semillas de distintas especies vegetales procedentes de las más diversas zonas del planeta. Excepto Oceanía, Vavilov recopiló distintas variedades de semillas en el resto de continentes. La idea era crear una especie de arca de Noé de especies vegetales, y conseguir mediante la hibridación cultivos que sirvieran para alimentar a la población. Su meta era erradicar el hambre.
La ciudad de Leningrado pronto sería cercada, desde septiembre de 1941 la ciudad estaría incomunicada. Aquel invierno fue especialmente frío, pronto las reservas alimenticias comenzaron a escasear. En el cerco de Leningrado murió más de un millón de personas, la mayoría de hambre o frío. Mientras un grupo de científicos guardaba en los sótanos de un edificio toneladas de semillas, bayas o patatas.
Aquel tesoro merecía ser mantenido a cualquier precio, pensaron quienes lo custodiaban.La biodiversidad genética de las plantas era un tesoro de la humanidad en su conjunto. Así, los científicos establecieron turnos de guardia para custodiar las semillas. Podían estar días sin comer pero jamás dejaban abandonadas las semillas.
Nikolai vavilov
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Su sacrificio fue tan heroico y desinteresado que prefirieron cumplir su promesa de proteger el banco de semillas antes que seguir viviendo. Así fallecieron 13 personas, de inanición, rodeados de toneladas de semillas. Alexander Shukin, Lejnovich, Ivanov, son algunos de los 13 científicos fallecidos.
Acabada la Guerra, el banco de semillas tuvo un papel fundamental en la reconstrucción de la URSS. En cada territorio soviético se cultivaron las variedades más acordes al clima y al terreno, lo que permitió alimentarse a todos los pueblos soviéticos y gran parte de una Europa devastada por la guerra. Estos 13 científicos murieron de hambre sabiendo que salvaguardando las semillas, el resto de la población podría alimentarse.
El banco de semillas en 1983 |
Tomado del blog Cultura Bolchevique: http://www.culturabolchevique.com/2014/04/una-historia-de-ciencia-y-heroismo-el.html
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