El odio de la burguesía hacia las ideas revolucionarias de la clase trabajadora siempre ha sido históricamente evidente pues sabe que son las herramientas que posibilitaran el derrumbe de su régimen y el advenimiento de la democracia obrera.
Odio que se exacerba y se vuelve sanguinario cuando son los oligarcas mas extremistas los que lo promueven y que no dudan en utilizar todos los medios a su alcance como la violencia física o como en este caso los símbolos y los sentimientos religiosos como tapadera y arma violenta contra los obreros y sus dirigentes.
El odio de clase no fue desterrado despues de la mal llamada transición del 78, a la muerte del dictador fascista Franco, sino que el jefe del estado que nombro a dedo perpetuo ese odio persiguiendo, censurando o tergiversando la verdad histórica. Esta censura monarquica, pues debemos recordar que la prohibición de esta película documental fue hecha en los 80 cuando ya llevaba reinando varios años Juan Carlos I que supuestamente nos trajo la "democracia" a los españoles, solo busca exculpar a los culpables del golpe de estado y del genocidio que cometieron durante décadas con el pueblo español.
Este furibundo odio contra todo lo que huela a verdadera democracia solo busca mancillar y ocultar lo que supuso el legado republicano y sus ideas revolucionarias. Es por esto que en estos actuales momentos de agotamiento del régimen del 78 debamos conocer mas sobre nuestra historia de clase y en en las ideas que se cimentaron los sueños de justicia, libertad y fraternidad.
El pueblo que no conoce su historia esta condenado a cometer los mismos errores.
Rocío (1980)
La película: Este documental de Fernando Ruíz Vergara no sólo ponía a caldo la tradicional romería andaluza, acusándola de ser un nido de señoritismo, sino que también señalaba el papel de las hermandades rocieras durante y después de la Guerra Civil. El autor fue multado con 10 millones de pesetas, y la película no pudo proyectarse en Andalucía hasta 1985. Está disponible en YouTube.
Momento más polémico: El testimonio de un habitante de Almonte (Huelva) que señalaba a un cacique local como responsable de más de 100 fusilamientos. Para su exhibición en TV, la escena fue suprimida y reemplazada por un cuadro negro.
En el documental, un vecino de Almonte llamado Pedro Gómez Clavijo relata la represión que durante la Guerra Civil llevaron a cabo una banda de falangistas. Clavijo llegó incluso a acusar con nombre y apellidos a uno de los cabecillas de los crímenes, el que fuera alcalde de la localidad, José María Reales Carrasco. Tras una dura campaña de la prensa de derechas y la denuncia de los familiares del acusado, el Tribunal Superior de Andalucía prohibió la exhibición del documental en todo el territorio español. La sentencia fue ratificada por el Tribunal Supremo. Las frases de la sentencia son una verdadera oda a la amnesia histórica de la transición.
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