miércoles, 19 de noviembre de 2014

Holodomor , ¿que es ficción y que realidad?

Casi todos habréis oído hablar de el Holodomor
¿De verdad os lo creéis?
Para quien no lo sepa las garras del capitalismo hablaron de que Stalin , dejo morir de hambre a 7.000.000 de personas en Ucrania , ademas les robo todas las reservas de comida que tenian.
El Holodomor de Ucrania fue un invento propagandístico de Goebbels difundido luego por el magnate William Randolph Hearst a los medios occidentales.
Es cierto, hubo muertes en Ucrania por hambruna, pero fueron debido al sabotaje de los kulaks (terratenientes) a las cosechas para no perder sus privilegios. De genocidio ucraniano, nada. De hecho, luego hubo más ucranianos en el PCUS que nunca.
Todos sabemos que este sistema tan injusto que hace que los pobres sean mas pobres y que los ricos sean mas ricos , intenta callar la verdad de las grandes obras de Stalin que intentaron liberar a el proletariado de la avaricia burguesa.

Madialeva

Sebastopol, ciudad de Ucrania, acoge estos días una exposición que intenta demostrar la veracidad del Holodomor, palabra que utilizan los anticomunistas ucranianos para referirse a una hambre masiva presuntamente organizada por los bolcheviques, concretamente por el mismo hermano de Lúcifer, por la bestia comeniños, por el monstruo chupasangre, por el hermano chungo de Jason, por el tipo que deja al fulano de la sierra eléctrica de la Matanza de Texas como un imbécil Hare Krishna. Sí, por Stalin.

Cierto que hubo hambre en Ucrania. Así es. Pero no es menos cierto que también hubo hambre en Kazakstán y en el sur de Rusia. Aún que la investigación histórica (científica) está dando los primeros pasos, eso sí, dejando ya en evidencia las propagandísticas interpretaciones de “historiadores” preocupados por enseñarnos la maldad del sistema socialista al tiempo que esconden la colaboración de sus héroes con los nazis, todo hace indicar que las causas del hambre, reiteramos que no solo en Ucrania, hay que buscarlas, especialmente, en una combinación entre: una terrible sequía que duró de 1930 a 1932, el abierto enfrentamiento de los bolcheviques contra los filonazis ucranianos y los kulaks (con sus continuas sabotajes), una epidemia de tifos que barrió toda la región, y por último, los comprensibles errores del sistema soviético (desorganización, falta de experiencia, radicalismo ultraizquierdista de algunas capas, etc.) Los nazis fueron los primeros en promover la visión dominante en Occidente sobre el Holodomor, y sus aliados ucranianos se apresuraron de coger el relevo. Después, como todas las mentiras sobre la historia de la Unión Soviética, fue utilizada por los imperialistas occidentales, quien, como no?, iban contar con la oportuna ayuda de innumerables organizaciones pequeñoburguesas, especialmente trotskistas, para hacernos olvidar la origen verdadera de una pésima película de la que se estrena estos días la enésima secuela.

Ahora es el Presidente ucraniano ese gran enamorado de la OTAN, Viktor Yushchenko, quien abandera una campaña nacional para dar a conocer la “auténtica” historia de Ucrania y para que se reconozca como crimen contra la humanidad el supuesto holocausto ucraniano. Incluso gastó una buena parte de sus presupuestos estatales para llenar el país con monumentos de recuerdo al Holodomor, lo que dio pie a Leonid Grach, diputado opositor, a comentar que Yushchenko era culpable de la única hambre provocada en Ucrania, la que se estaba a vivir ahora: «Gastó millones en esto. Justo cuando nuestros médicos, profesores y obreros están luchando por ganarse la vida. Es Yushchenko quien está a orquestar una moderna hambre en Ucrania». Mientras institucionaliza al nazi Bandera como héroe de Ucrania, hace propaganda del Holodomor por todas las esquinas del país. Yushchenko asistió a la exposición organizada en Sebastopol y comentó por el detalle las supuestas imagenes del holocausto perpetrado por los rojos.

El escándalo es monumental. Historiadores y políticos de la oposición se escandalizaron al comprobar que eran las mismas fotografías de siempre, las mismas imágenes falsas que no correspondían a la Ucrania de los años 30. Son las mismas imágenes con las que el multimillonario empresario de los medios de comunicación, el norteamericano Hearst, inundó las portadas de sus periódicos a finales de los años treinta. Las mismas que podemos ver en la embajada ucraniana en Norteamérica. Las mismas que se ven en todas las exposiciones que hay para reescribir la historia, como sucedió no hace mucho en el Parlamento Europeo. Las mismas que decoran los portales electrónicos de muchas organizaciones anticomunistas ucranianas que luchan por transcribir la historia según sus intereses. La mismas, también, que sirvieron de material “científico” a grupos izquierdistas anticomunistas para utilizar como contrafuerte de su discurso antisoviético. En fin, un ingrediente más de la masa que la hormigonera capitalista elabora para solidificar un paradigma totalitario que mantiene enlamados en una pila de tópicos a buena parte de la izquierda mundial.

Y por qué esta manía por utilizar las mismas imágenes falsas de siempre? Para que correr el riesgo de, como ahora, quedar en ridículo? Se puede comprender en la Norteamérica de los años 30. Como se iba a conocer la verdad? Tampoco causa sorpresa que las utilicen en sus estrambóticas publicaciones los modestos grupúsculos derechosos ucranianos. Lo que ya nos debe encaminar a la auténtica razón es que sean los propios dirigentes de Ucrania, sus brazos institucionales, quien echen mano, una vez más, de las sempiternas imágenes. La razón es bien sencilla: no hay otras fotografías.

Cuando en enero de este año el presidente Yushchenko empezó su cruzada por su particular verdad histórica, instó al Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) a desclasificar todos los documentos relacionados con su supuesta represión soviética. Como no aparecía más nada, el SBU montó en cólera contra los pobres archiveros, acusándolos de no hacer bien su labor. Lo cierto es que los archivos hacía ya bastante tiempo que estaban todos desclasificados. Lo cuenta la responsable de la Comisión Estatal de los Archivos de Ucrania entre septiembre de 2006 y abril de 2008, Olga Ginzburg: «Ya desclasificamos todos los documentos hace mucho tempo. Se estudiaron durante años». Vadim Kolesnichenko, del Partido de las Regiones, lo aclara con sencillez: «No hay documentos que demuestren que existiera algo parecido a un genocidio del Kremlin contra los ucranianos. Simplemente porque no hubo genocidio. Lo que hay es un deseo por retratar a Rusia como enemiga de Ucrania. La historia es para los científicos, y cuando son los servicios especiales los que quieren estudiar la historia la cosa siempre acaba mal.»

Pasamos ya a las imágenes falsificadas. Hay muchas más de las que ponemos aquí. Aún que para comprobar el grado de degeneración de los actuales gobernantes de Ucrania, basta con las seleccionadas. Las imágenes de la exposición, que quieren hacernos creer que retratan la Ucrania de 1936, corresponden en su inmensa mayoría a la realidad de otros países. Especialmente son imágenes de la Gran Depresión norteamericana de principios de los años treinta del siglo pasado y del período de hambre que padeció la región del Volga entre 1921 e 1923 después de la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil que enfrontó a los bolcheviques con los imperialistas y los guardias blancos.


IMÁGENES


Fíjense en las imágenes señaladas en este panel de la exposición de Sebastopol


Fotografía de Ben Shahn: “Bendito País”. Data de octubre de 1935. Se trata de una familia en un asentamiento de Arkansas.


Fotografía de Dorothea Lange. Retrata una familia que vive en lamiseria en Oklahoma County. Es de agosto de 1936.


Otra fotografía de Dorothea Lange. Vemos a dos niños que, en noviembre de 1936, viven en un campo de refugiados en California por causa de la sequía que asolaba Oklahoma.


Fridtjof Nansen, diplomático y científico noruegués, en su condición de Alto Comisionado de la Sociedad de Naciones, viajó a Rusia durante la hambre de 1921. La imagen, en que Nansen aparece el primero por la izquierda, está tomada en la ciudad rusa de Sarátov, en la bacía do río Volga.


Otro expositor en Sebastopol


En una ampliación de la imagen se puede leer que la fotografía está tomada en Járkov, segunda ciudad ucraniana en número de habitantes, en 1933.


La imagen realmente corresponde al cementerio de Buzuluk en diciembre de 1921.


Fijémonos aquí en la fotografía de la esquina superior derecha


También estamos aquí ante una imagen tomada en la expedición que Nansen realizó a la región del Volga a principios de los años 20.


El presidente ucraniano, Viktor Yushchenko, junto a otros compungidos visitantes


La imagen señalada ya fue utilizada por el gobierno ucraniano a finales de marzo de 2007, dentro de la campaña por lo reconocimiento del genocidio, (que como explica la imagen fue causado en 1933 por el NKVD!)


La fotografía original es de 1922 y fue utilizada en la “Exposición de Ayuda Humanitaria Americana a la Rusia Soviética durante la Hambre de 1921-1923”. Actualmente está en Ginebra, en el archivo de la Ayuda Internacional a los Niños.


Las palabras del panel escritas en amarillo dicen: “Decir la Verdad. Desvelar la Memoria”


Imagen tomada en noviembre de 1921 en la ciudad de Sarátov. La imagen se encuentarn en los archivos de Nansen.


Fuentes:

Rewriting Ukrainian history: truth or Falsification?, Russia Today, 3 de abril de 2009.
Erroneous famine photos spark foul cries, Russia Today, 10 de marzo de 2009.
Otra mirada sobre Stalin, Ludo Martens.

La mayoría de las imágenes fueron extraídas de distintos portales de Ucrania y Rusia, como pueden ser la página 2000 o The New Russian Forum. Las imágenes correspondientes a la Gran Depresión norteamericana se pueden ver en el portal Shorpy.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Renau: nostalgia del futuro



“La marcha de la juventud hacia el futuro” (clic en la imagen para ampliar, 1814 × 233 píxeles). Derecha: retrato de Renau (Manuela Ballester, México, 1942)

En estos días de recrudecimiento hasta la saturación de la habitual propaganda anticomunista en los medios con motivo del 25º aniversario de la caída del Muro de Berlín a la mayor gloria de personajes tan reaccionarios como Ronald Reagan, Margaret Thatcher o el papa Wojtyla, tomamos el carril contrario para reivindicar la vida y la obra del artista español Josep Renau Berenguer en la República Democrática Alemana (RDA).

Renau (Valencia, 17/05/1907 – Berlín, 11/11/1982), comunista, pintor, artista gráfico, fotomontador, muralista… fue posiblemente el más destacado exponente de la auténtica explosión creativa que surgió durante la Guerra de España en el arte gráfico. Es el autor de algunos de los carteles de propaganda bélica de la República más justificadamente famosos de esta etapa. Después de iniciada la contienda provocada por la rebelión nacionalista-católica de julio de 1936, el Gobierno de Francisco Largo Caballero nombró a Renau, a la sazón con 29 años, director general de Bellas Artes, institución que hasta el final de la guerra, entre otras tareas, veló por la protección y salvaguarda del ingente patrimonio artístico de Madrid en un empeño que podríamos calificar como titánico, poniendo a buen recaudo las obras del Museo del Prado —una de las dos pinacotecas más importantes del mundo junto al Louvre de París— en una resistente capital de la gloria asediada por el enemigo, sometida a cotidianos bombardeos de la aviación nazi y a los ataques de la artillería rebelde desde el principio de la contienda.


“1808-1936. De nuevo por nuestra independencia”, cartel llamando a la movilización general contra el fascismo local y sus aliados extranjeros al inicio de la Guerra de España. Por la elección del lema y su composición y ejecución gráficas, posiblemente el mejor cartel de propaganda política que se haya diseñado en mucho tiempo (o quizá en todos los tiempos). Transmite fuerza y determinación por sus cuatro costados.


Otros dos ejemplos entre muchos de los excelentes trabajos de Renau como diseñador gráfico durante la Guerra de España [clic para ampliar].

Renau, militante comunista, miembro del Comité Central del PCE, como lo fueran años atrás otros destacados miembros de las fuerzas del trabajo y la cultura —sí, la época actual resiste muy mal las comparaciones—, tuvo que abandonar España a través de Francia tras la derrota de la II República como tantos otros obreros e intelectuales antifascistas. Su primer destino fuera de Europa fue México, acogido como miles de exiliados republicanos españoles por el Gobierno de izquierdas de Lázaro Cárdenas, donde realizó sus primeras incursiones en el muralismo junto con otro gran artista del arte sobre pared, el mejicano David Alfaro Siqueiros. Por otra parte, el inicio de su serie de fotomontajes AWL (“The American way of life”), una demoledora crítica de la deriva autoritariamacartista y anticomunista de EEUU y de la belicista pax americana surgida tras la Segunda Guerra Mundial, es también fruto de su estancia en el país hermano…


Dos de los fotomontajes de la serie AWL (“The American Way of Life”), realizada durante las etapas mexicana y alemana del largo exilio de Renau.

Tras su experiencia mejicana, a partir de 1958 Renau se instala en Berlín, por entonces capital de la RDA. De su etapa en la Alemania democrática (su segunda edad de oro junto con la época de diseñador gráfico en la Guerra de España) destacan los trabajos como muralista a partir de mediados de la década de 1960. La técnica que utilizó para sus murales alemanes estaba basada en un material resistente y duradero: la cerámica. Gracias a esta técnica, el arte y la arquitectura se integran de forma evidente en sus creaciones.

Desgraciadamente, debido al giro retrógrado de los acontecimientos en Europa a partir de finales de los 80, parte de su obra en la RDA no se ha conservado hasta nuestros días, como es el caso de su mural La conquista del cosmos, realizado en 1966 para el Círculo de Televisión de Berlín y del que no hemos podido encontrar ni siquiera una reproducción. Por el contrario, sí se conservan sus imponentes murales en la ciudad de Halle Neustadt (hoy un distrito de Halle, Sajonia): La conquista del Sol; así como el doble trabajo El dominio de la naturaleza por el hombrey Unidad de la clase trabajadora y fundación de la RDA (diseñado y ejecutado entre 1971 y 1974), que conforma un colosal díptico que se eleva hasta una altura de 13 plantas del edificio de una residencia de estudiantes en tiempos de la RDA.


“La conquista del Sol” (también titulado “El uso pacífico de la energía atómica”), mural cerámico de 18 metros de longitud por 6 metros de altura para la entrada principal de la sede de la VEB Wasserwirtschaft (organismo de gestión de la energía y el agua) en la plaza Thälman de la ciudad sajona de Halle.


Doble mural de cerámica en la Residencia de estudiantes de Halle Neustadt. En la parte inferior del mural reproducido a la izquierda (‘El dominio de la naturaleza por el hombre’), Renau incluyó un autorretrato. El mural de la derecha, titulado ‘Unidad de la clase trabajadora y fundación de la RDA’, está protagonizado en su parte superior por una gran efigie del alemán Karl Marx, fundador del socialismo científico y del comunismo moderno.

A los ejemplos anteriores de la obra de Renau como muralista en la RDA, es obligado añadir la impresionante composición La marcha de la juventud hacia el futuro (1970-1974), reproducida en la ilustración que encabeza esta entrada. Se trata de una deslumbrante alegoría de la construcción del socialismo que expresa dinamismo a raudales en la línea del mejor futurismo constructivista de la primera vanguardia artística de la Revolución soviética de Octubre. Una reproducción a escala real de La marcha de la juventud… fue instalada en 2008 en el Claustro de la Universidad de Valencia con motivo de una exposición de merecido homenaje a Renau en su ciudad natal [véase la imagen inferior].


A pesar de sucesivas y más o menos esporádicas estancias en España después de la muerte de Franco entre 1976 y 1982, Renau no llegó a establecerse definitivamente en su país y acabó sus días en la RDA. El último trabajo de Josep Renau fue, cómo no, también un mural: La naturaleza, el hombre y la cultura, encargado por el Ayuntamiento de la ciudad de Erfurt, capital de Turingia, para decorar la fachada superior del Centro Cultural Stadt Moskau, luego abandonado tras la reunificación alemana…

Esta última obra de Renau, un testamento vital que derrocha optimismo histórico y anhelos de un futuro luminoso para el hombre ligado a la naturaleza y al desarrollo de la ciencia, la tecnología y la cultura, se puede calificar como póstuma; fue concluída por sus colaboradores en 1983, un año después de la muerte del artista valenciano en Berlín, capital de la República Democrática Alemana.

Sirva esta entrada como modesto homenaje a Josep Renau y al país que lo acogió durante buena parte de su vida.

viernes, 7 de noviembre de 2014

La campaña de EEUU y del Vaticano contra el PCI en las decisivas elecciones de 1948 (2 de 3). El papel de la Iglesia.

Propagando de los Comités Cívicos de la Iglesia en
las elecciones italianas de 1948.

2ª parte: el papel de la Iglesia.

En los países comunistas "Los niños envían a sus padres a la cárcel", "Los niños son propiedad del Estado", "La gente come a sus propios hijos"...
Consignas difundidas por la propaganda de la Democracia Cristiana y de los Comités Cívicos de la Iglesia durante la campaña electoral de 1948 (fuente Wikipedia)

3. El mensaje apocalíptico de la Iglesia y de la Democracia Cristiana. El operativo del Vaticano para derrotar al Frente Popular.

La campaña de la Iglesia en las elecciones del 18 de abril 1948, tuvo un impacto decisivo, sobre todo en las zonas rurales. En la primera parte pudimos escuchar el vídeo -o leer su transcripción- en el que uno de los entrevistados, el sacerdote Lucio Migliaccio de los Comités Cívicos de la Iglesia, narraba cómo ésta se movilizó activamente contra el PCI utilizando contundentes métodos de propaganda:

"En las zonas rurales no había cines (era algo impensable en aquella época), así que tuvimos una idea. Enviamos algunos camiones a ciudades y pueblos para que proyectaran películas por la noche. Eran películas de campañas electorales y todo el mundo salía corriendo a la plaza donde -realizábamos la proyección- para verlas. Acudía muchísima gente" (Lucio Migliaccio).Para quienes no hayan vivido la época anterior a la TV y a la generalización de la radio, no resulta fácil imaginar el impacto que una propaganda de este tipo podía tener. Para una población rural desinformada, sin acceso a la radio ni a periódicos, católica practicante y con un porcentaje de analfabetismo grande, el mensaje transmitido por estas películas caló profundamente. Pensemos además que para muchas personas era la primera vez que tenían la oportunidad de ver imágenes proyectadas. La utilización de medios audiovisuales (cine) resultó determinante.

El mensaje apocalíptico en relación con la amenaza comunista, era además repetido insistentemente por los curas en los sermones dominicales, inculcando en las misas la idea de cruzada contra el comunismo (discurso que la Iglesia había utilizado para legitimar a los fascismos, como sucedió por ejemplo en España): "la guerra contra los comunistas es una guerra santa", en palabras de un cura como recordaba Lina Mainardi en la primera parte de la entrada.

Por otro lado, salvo el caso referido de utilización del cine como propaganda, la campaña electoral del 48 fue una campaña de carteles murales, como lo eran todas las de aquella época. Fue una campaña de "dialéctica mural", como la definieron los editores de la revista Nuova Storia Culturale en el artículo "'Dio ti vede Stalin no!' I manifesti della campagna elettorale del 1948":

"Inmediatamente después de la guerra los murales [carteles colocados en las paredes] representaban el medio más eficaz de producción de consenso: la radio estaba limitada a reducidos espacios sociales; los periódicos seguían siendo un privilegio para unos pocos; la televisión no existía. Las fuerzas políticas se concentraron en la pared como propaganda, capaz de llegar a los individuos y a las masas, a los analfabetos y a los intelectuales. Era una pared de dialéctica real."En los carteles, los demócrata-cristianos recurrieron principalmente a la utilización de imágenes muy impactantes y de consignas destinadas a generar el pánico a la amenaza roja. Sorprende además que, recién derrotado el fascismo en Italia, la DC (Democracia Cristiana) lo hiciera revivir a través de un tipo de propaganda cuyo contenido era del más puro estilo del discurso fascista sobre el comunismo. Se llega al extremo de presentar a los fascistas que combatieron con los nazis en la URSS y que estaban todavía prisioneros en la Unión Soviética, como pobres e inocentes víctimas del bolchevismo, que estaban viviendo un tormento del cual el PCI era también responsable. Veamos algunos ejemplos (pincha en las imágenes para verlas en mayor tamaño):








Toda la campaña de la DC giró en torno a ese tipo de imágenes y, como explicaremos en la tercera parte, en buena medida se financió con cargo al operativo que la CIA organizó en Italia para esas elecciones. La DC distribuyó más de 5 millones de 14 modelos de carteles, además de 38 millones de copias de 23 tipos de folletos, sin contar con otros materiales impresos, innumerable cantidad de tarjetas, cintas, folletos...

Por su parte, los Comités Cívicos de la Iglesia, cuya actividad estuvo financiada por el operativo de la CIA, tomando parte de esta "dialéctica mural" reforzaban el mensaje de la DC de tres formas: A) con cartelería pidiendo directamente el voto para la DC; B) con cartelería en la que, sin aludir a la DC, se hacía hincapié en la amenaza comunista; C) subrayando la obligación que los católicos tenían de abstenerse de votar a los comunistas:






En este punto, el mensaje de la Iglesia y de la Democracia Cristiana fueron coincidentes. El partido oficioso de la Iglesia Católica llegó a alcanzar niveles delirantes para provocar el pánico y el sentimiento de terror. Así, la DC llegó a difundir consignas del tipo: en los países comunistas "Los niños envían a sus padres a la cárcel", "Los niños son propiedad del Estado", "La gente come a sus propios hijos", etc. (fuente: Wikipedia). Nada diferente de lo que los curas repetían a sus feligreses en las sermones dominicales; de ahí carteles tan expresivos como el del niño que escapa asustado de la hoz y el martillo, gritando "¡papá, sálvame!", o de otros por el estilo. El imaginario del comunista comeniños hoy en día a lo mejor nos hace reír y nos puede parecer hiperbólico, pero fue promocionado y funcionó en esa época (igual que lo fue, en la misma época, en la dictadura fascista de Franco).

La campaña de la Iglesia corrió a cargo de los Comités Cívicos. Su fundador fue Luigi Gedda, un personaje muy vinculado al papa Pío XII. Se crearon poco antes de las elecciones, el 8 de febrero de 1948, pero en cuestión de semanas ya se habían organizado más de 20.000 comités locales. Esta difusión fue posible gracias al apoyo financiero del Vaticano y también a los generosos fondos que la CIA proporcionó para ello.

Luigi Gedda besa la mano del cardenal Tedeschini ante la mirada del
cardenal Cicognani. Gedda fue el gran "fontanero" del Vaticano
para derrotar al Frente Popular en las elecciones del 48.

Durante la época fascista, Gedda había sido señalado por la resistencia como un colaborador del régimen y, de hecho, hubo quien sostuvo (no ha llegado a probarse) que en 1938 fue uno de los 360 intelectuales y figuras públicas que apoyaron el "Manifiesto en defensa de la raza". En cualquier caso, en 1952 no dudó en proponer una alianza entre la DC, los monárquicos y los neo-fascistas del MSI para frenar a los comunistas en las elecciones municipales de Roma. Esto último de por sí es una prueba de que a Gedda no le molestaban especialmente los fascistas; al contrario: los veía como parte importante del muro de contención anticomunista.

Gedda fue el gran artífice y cerebro de la exitosa operación del Vaticano para derrotar al Frente Popular en las elecciones del 48. Los comités cívicos llegaron a formar su propio servicio de inteligencia secreta y contaban con una radio para iniciar y coordinar la movilización de sus miembros. Todo el operativo organizado por Gedda respondía tanto al requerimiento secreto de la CIA como a la preocupación que el Papa tenía acerca de la posibilidad de que el PCI conquistase la mayoría a través del Frente Popular (FDP). En la audiencia papal del 10 de enero de 1948, Pío XII declaró: "(...) se trata de una batalla decisiva, y por tanto es el momento de movilizar todas nuestras fuerzas" (Invernizzi). Gedda cumplió con creces la misión. Su libro de memorias, 10 aprile 1948, lleva por subtítulo: "Memoria inédita del artífice de la derrota del Frente Popular".

El Vaticano, a través de sus comités cívicos y de su legión de párrocos, y la DC, consiguieron crear un sentimiento de terror al comunismo recuperando, como ya dijimos, parte de la retórica fascista anticomunista. Por otra parte, la Iglesia desencadenó una agresiva y radical campaña dirigida a los creyentes, en la que no ya ser comunista, sino el mero hecho de tener amistades comunistas, leer prensa comunista, votar comunista... era un gravísimo pecado que condenaba a quien cayese en él. Votar comunista era sinónimo de apostasía, algo que atemorizó a los católicos. Meses después de las elecciones, a pesar de la victoria de la DC, el Vaticano dio cuerpo a este discurso religioso dándole rango de doctrina oficial de la Iglesia a través de un Decreto del Santo Oficio (recordemos que la Sagrada Congregación del Santo Oficio fue el nombre que se le dio a la antigua Inquisición con Pío X, en 1908): la Scomunica ai comunisti (Excomunión de los comunistas)

El decreto neo-inquisitorial Scomunica ai comunisti, fue aprobado oficialmente el 28 de junio de 1949; es decir, algo más de un año después de las elecciones. Pero tal doctrina ya se aplicaba oficiosamente con anterioridad, durante el período decisivo que termina en las elecciones del 18 de abril 1948. De manera que lo que nos permite el contenido de este decreto, es hacernos una idea del clima ideológico anticomunista creado por la Iglesia en el momento anterior a la aprobación del mismo. Italia se empapeló con carteles de difusión del dercreto, difundido también en folletos:





(Pulsar sobre las imágenes para verlas en mayor tamaño)

Traducción de uno de estos carteles:

"Aviso Sagrado 
CURIA ARZOBISPAL DE UDINEDESPUÉS DEL DECRETO DEL SANTO OFICIO CONTRA EL COMUNISMO ATEO. 
Es pecado grave: 
1º Inscribirse en el Partido Comunista.
2º Favorecerlo de cualquier forma, especialmente con el voto.
3º Leer la prensa comunista
4º Propagar la prensa comunista
Usted no podrá conseguir la absolución de este pecado si no se arrepiente y se muestra dispuesto firmemente a no cometerlo más.
Quien en confesión oculte este pecado, cometerá un sacrilegio.
Las medidas que se aplican al Partido Comunista son de aplicación a otros partidos que hacen causa común con él, y para todas aquellas asociaciones que dependen de él: Cámara del Trabajo, Frente de la Juventud Conmista Italiana, UDI (Unión de Mujeres Italianas), Federterra (1), API (Asociación de Pioneros Italianos).
Será excomulgado:
Quien inscrito o no en el Partido Comunista, admite la doctrina marxista, atea y anticristiana y la propaga, cometiendo apostasía de la Fe y no pudiendo ser absuelto por la Santa Sede."

[Nota traducción (1). "Federterra": era la "Federazione nazionale fra i lavoratori della terra", una organización sindical agraria creada en 1901.]

Insistimos en que, aunque el decreto sea posterior a las elecciones del 48, la Iglesia mantuvo ya esa postura en la campaña anticomunista que desencadenó en el período electoral. Así, por ejemplo, en los pueblos (sobre todo) se llegó a negar los sacramentos a quienes contrariaban las directrices de la Iglesia respecto a los comunistas (Camacho). Algo aparentemente anecdótico como es esto, en la sociedad rural de entonces, encorsetada en el clericalismo, tenía una fuerte repercusión social.

El éxito que tuvieron los comités cívicos de la Iglesia, se explica a partir de la difusión de este discurso apocalíptico, propagador del sentimiento de terror y miedo. El delirio hiperbólico alcanzó su máxima expresión en ese canibalismo que se decía que practicaban los comunistas con sus propios hijos. Y para los posibles incrédulos, estaba la amenaza de excomunión.

Pero la campaña de la Iglesia también tuvo otra dimensión, cargada de esperpento: es la Virgen la que le pide a los italianos que no voten a los comunistas. La propia Virgen María regresa de su más allá para manifestarse al pueblo italiano. En todo el siglo XX solo se produjeron 12 apariciones marianas reconocidas por la Iglesia. Casualmente, una de éstas -la última que se produce en Italia- tuvo lugar poco antes de las elecciones del 18 de abril 1948 (¡qué casualidad!): la aparición mariana de Ascoli. En realidad se trató de varias apariciones. Entre el 3 de abril de 1948 (15 días antes de las elecciones) y el 23 de mayo, la Virgen se le apareció 25 veces a la niña Anita Federici, de 13 años, en Ascoli; durante el mismo período, también se le aparecieron ángeles en 5 ocasiones.

Aparición mariana en Ascoli, 15 días antes de celebrarse las elecciones de 1948. Multitud de fieles ante la roca en la que se manifestaba la Virgen. Fue un exitoso happening electoral de la Iglesia. Foto: galería Flickr de Orarossa.

Las apariciones de Ascoli conmovieron a los católicos italianos y provocaron un fervor desmesurado, convirtiéndose al instante en un fenómeno sociológico de masas. La Iglesia lo tuvo claro: si había alguna duda, ésta quedaba despejada por la divina intervención de la Virgen. Las apariciones de Ascoli fueron una eficaz y contundente escenificación teatral de la Iglesia para reforzar el mensaje anticomunista. Fue un exitoso happening electoral. 

La campaña de la Iglesia contra el Partido Comunista y el Frente Democrático Popular, no se limitó a Italia. En Estados Unidos, bajo los auspicios de la CIA, la Iglesia católica llevó a cabo una campaña paralela dirigida a la numerosa comunidad italo-americana. A través de cartas y folletos y también durante las homilías dominicales, se instó a los italo-americanos a movilizarse contra la amenaza comunista en Italia. El objetivo de esta campaña era convencer a los americanos de origen italiano para que escribiesen a sus familiares y amigos en Italia, con la finalidad de que no votasen a los comunistas y lo hiciesen a la Democracia Cristiana. A otro nivel y con la misma intención, también se organizaron actos públicos, programas de radio, etc. Para esta campaña, la CIA consiguió para la Iglesia el apoyo de estrellas de Hollywood como Frank Sinatra, Bing Crosby, Gary Cooper, etc.

* * *
¿Por qué un anticomunismo tan visceral?

En definitiva, la campaña del Vaticano en las elecciones de 1948 resultó decisiva en la derrota del Frente Popular. Pero, ¿se trataba realmente de una lucha ideológica de la Iglesia contra el ateísmo del que acusaban a los comunistas? Evidentemente no. Daremos dos ejemplos de cómo eso era apenas una disculpa para legitimar la estrategia anticomunista.

En primer lugar, la religión como hecho antropológico es un fenómeno muy distinto a como lo pinta la teología oficial (y esto es aplicable a cualquier religión de masas). Las personas tienen sus creencias religiosas (aquellos que las tienen, por supuesto), pero normalmente esto tiene lugar dentro de unos niveles de pragmatismo y sincretismo muy grandes, y muy alejados de los dogmas oficiales. De manera que para muchos italianos ser comunista y "ser creyente" no eran realidades incompatibles y contradictorias. La acusación de la Iglesia de que el PCI representaba la propagación del ateísmo, apenas era una disculpa para hilvanar su anticomunismo. El propio PCI era consciente de que muchos de sus votantes y militantes eran católicos, de manera que tenía cuidado en separar lo que era la crítica política a un poder reaccionario como el Vaticano y su estructura, de los marcos creenciales de las personas.

Imagen reciente (2011) de la sede de Rifondazione Comunista en Corte Nuova, Castello (Venecia). Flickr de zacke82. Para muchos italianos, ser comunista y tener creencias religiosas no es una contradicción. En la posguerra, el Vaticano trató de presentar ambas cosas como incompatibles. La imagen es anecdótica, ya que lógicamente el pequeño altar que aparece es ajeno a Rifondazione Comunista, pero nos ha parecido una metáfora visual que ilustra esta idea de pragmatismo

En segundo lugar, otro ejemplo nos lo proporciona la figura de Juan XXIII (papa entre 1958 y 1963), que viene a mostrar una toma de postura por parte de la Iglesia muy distinta a la de sus predecesores y sucesores. Juan XXIII abandonó este anticomunismo para buscar un diálogo con las distintas izquierdas, pero también con los países socialistas y en especial con la URSS. No en vano incluso el Kremlin vio con satisfacción su nombramiento, viéndolo como un "genuino socialista" con "manos de campesino"(Camacho). El artífice del Concilio Vaticano II asombró a la curia, al afirmar tajantemente que la cruzada anticomunista en la que había estado envuelta la Iglesia carecía de sentido, que había sido un fracaso y que la Iglesia debía ser escrupulosamente neutral en política. El giro dado por Juan XXIII despertó la preocupación de la CIA, sobre todo después de que el papa plantease el diálogo con Nikita Krushchev.

Los dos ejemplos anteriores son una prueba de que el anticomunismo de la Iglesia en la posguerra, difícilmente nace de una contradicción raíz entre creencias religiosas y creencias políticas. Las causas debemos buscarlas en realidades materiales que tienen que ver con la Iglesia como poder económico y estructura de dominación política al servicio del capital:

La Iglesia defendía su status quo alcanzado con los Pactos de Letrán, firmados con el régimen fascista de Mussolini. Los Pactos de Letránrepresentaron la simbiosis entre el régimen fascista y la Iglesia católica. Restauraban el carácter de estado soberano del Vaticano; el estado italiano se comprometió a compensar a la Iglesia por sus pérdidas en 1870; garantizaban a la Iglesia Católica el status de religión oficial del Estado fascista y un considerable poder sobre el sistema educativo. En contrapartida, la Iglesia daba legitimidad a la dictadura y los obispos debían jurar lealtad al Estado fascista antes de tomar el cargo. Pese a que algunos aspectos de los Pactos de Letrán fueron modificados con la reinstauración democrática, en lo sustancial la Iglesia conservó la posición de dominio político derivada del tratado firmado con Mussolini. En este sentido, la posibilidad de un gobierno de izquierdas hacía peligrar este status quo.

En segundo lugar, la Iglesia estaba defendiendo sus intereses como poder económico; toma partida para defender empresas que eran prácticamente propiedad de la Santa Sede, como el caso de Italgas. Un posible gobierno de izquierdas suponía una amenaza para el tejido empresarial y financiero de la Iglesia católica.Es en estos factores y no en otros de fundamentación estrictamente religiosa, en los que encontraremos las razones que explican el anticomunismo de la Iglesiadurante el período mencionado.

La campaña de la Iglesia dio resultado y garantizó el poder durante décadas al partido oficioso del Vaticano: la Democracia Cristiana, un partido estrechamente vinculado con la Mafia y considerado como el partido político más corrupto de Europa occidental desde el final de la II Guerra Mundial.

En los años siguientes, la Iglesia continuó convirtiéndose en uno de los grandes poderes económicos del mundo. Se reflotaron empresas propiedad del Vaticano, con fondos del Plan Marshall. A través de Italgas, se hizo con el control de la principal compañía de teléfonos de Italia (Societá Finanziaria Telefonía). Como recuerda Santiago Camacho en Biografía no autorizada del Vaticano:

"El Vaticano fue, sin lugar a dudas, el mayor y más claro beneficiario del milagro económico italiano. Las empresas del Vaticano experimentaron el mismo crecimiento que el producto interior bruto del país. La Santa Sede se convirtió, además, en el principal accionista de algunos de los mayores bancos, como el Banco de Roma, Banca Commerciale Italiana, Crédito Italiano y el prestigioso Banco Ambrosiano de Milán. También se hizo con la mayor parte del accionariado de la prestigiosa Montedison y del consorcio Finsader, que incluía a la empresa automovilística Alfa Romeo. Se puede decir, sin temor a ser inexactos, que en aquella época no había sector de la economía italiana, de la hostelería a la industria textil, del comercio a la industria editorial, en el que no estuviesen presentes de forma importante las inversiones del Vaticano." Y, para que todo eso fuese posible, el Vaticano necesitó neutralizar la amenaza que suponía el Partido Comunista de Italia. Lo consiguió, con la inestimable colaboración de la CIA.


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Revolución de Octubre, una obra por terminar


7 de noviembre de 2014, se cumplen 97 años de la toma del Palacio de Invierno en aquella Rusia de 1917. Aquel hecho supuso el inicio de una de las experiencias más revolucionarias en la historia de la humanidad. Desde la rebelión de Espartaco contra Roma, pasando por la Revolución Francesa o la comuna de París, no existen precedentes a un salto evolutivo tan colosal en la historia de nuestra especie. Aún hoy, los objetivos de la Revolución Socialista de Octubre no se han conseguido, pero eso no significa que su obra esté fracasada, sino que está por terminar. En vísperas del 4º aniversario de la toma del Palacio de Invierno, en 1921, Vladimir Lenin escribía en Pravda:

"Se avecina el cuarto aniversario del 25 de octubre (7 de noviembre).

Cuanto más tiempo nos separa de esta gran jornada, tanto más claro aparece el significado de la revolución proletaria en Rusia y tanto más hondo reflexionamos sobre la experiencia práctica, en conjunto, de nuestro trabajo. (...)


Este significado y esta experiencia podrían exponerse brevemente de forma, muy distante de ser completa y exacta:

La tarea directa e inmediata de la revolución en Rusia era democrática burguesa: acabar con los restos de todo lo medieval, barrerlos hasta el fin, limpiar a Rusia de esa barbarie, de esa vergüenza, de ese inmenso freno para toda la cultura y todo el progreso en nuestro país.

Y nos enorgullecemos con razón de haber llevado a cabo esa limpieza con mucha más energía, rapidez, audacia, éxito, amplitud y profundidad, desde el punto de vista de la influencia sobre las masas del pueblo, sobre el grueso de la nación, que la Gran Revolución Francesa hace más de ciento veinticinco años.


¡Estos cobardes, charlatanes, fatuos Narcisos y Hamlets de sainete blandían una espada de cartón y ni siquiera destruyeron la monarquía! Nosotros hemos echado fuera como nadie y como nunca toda la basura monárquica. No hemos dejado piedra sobre piedra ni ladrillo sobre ladrillo en el edificio secular de la división estamental (¡los países más adelantados, como Inglaterra, Francia y Alemania, no se han desembarazado todavía de los vestigios de esa división!) Hemos arrancado definitivamente las raíces más hondas de los estamentos, a saber: los restos del feudalismo y de la servidumbre en la propiedad de la tierra. (...)

El régimen soviético es precisamente una de las confirmaciones o manifestaciones evidentes de esta transformación de una revolución en otra. El régimen soviético es elmáximo grado de democracia para los obreros y los campesinos y, a la vez, significa la ruptura con la democracia burguesa y el surgimiento de un nuevo tipo de democracia, de alcance histórico universal: la democracia proletaria.


No importa que los perros y los cerdos de la moribunda burguesía y la democracia pequeñoburguesa que los sigue nos cubran de improperios, maldiciones y burlas a montones por los desaciertos y los errores que hemos cometido al construir nuestro régimen soviético. No olvidamos un momento que, en efecto, hemos tenido y tenemos aún muchos desaciertos y errores. ¡Y cómo no íbamos a tenerlos en una obra tan nueva, nueva en toda la historia mundial, como es la de crear un tipo de régimen estatal sin precedente!Lucharemos sin cesar para corregir nuestros desaciertos y nuestros errores, para mejorar la forma en que aplicamos los principios soviéticos, que dista aún mucho, muchísimo, de ser perfecta. Pero podemos estar y estamos orgullosos de que nos haya caído en suerte la felicidad de iniciar la construcción del Estado soviético, de iniciar así una nueva época de la historia universal, la época de la dominación de una clase nueva, oprimida en todos los países capitalistas, de la clase que avanza por doquier hacia una vida nueva, hacia la victoria sobre la burguesía, hacia la dictadura del proletariado, hacia la liberación de la humanidad del yugo del capital y de las guerras imperialistas.

Por primera vez después de siglos y milenios, esta consigna ha dejado de ser una espera vaga e impotente para convertirse en un programa político claro y preciso, en una lucha enérgica de millones de oprimidos dirigida por el proletariado; se ha convertido en la primera victoria del proletariado, en el primer triunfo en la obra de acabar con las guerras, en un triunfo de la alianza de los obreros de todos los países sobre la alianza de la burguesía de las distintas naciones, de la burguesía que hace unas veces la paz y otras la guerra a costa de los esclavos del capital, a costa de los obreros asalariados, a costa de los campesinos, a costa de los trabajadores.

Nosotros hemos empezado la obra. Poco importa saber cuándo, en qué plazo y en qué nación culminarán los proletarios esta obra. Lo esencial es que se ha roto el hielo, que se ha abierto el camino, que se ha indicado la dirección."