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sábado, 6 de enero de 2018

Breve historia de la revolución rusa

 ¿Qué sabes de la URSS? ¿Conoces la historia de la Revolución rusa y sus antecedentes históricos? 


La propaganda anticomunista siempre ha sido bandera de los reaccionarios. Estos nunca dudaron —ni dudan— en utilizar la mentira a través sus poderosos medios de comunicación, de sus escuelas, de sus universidades…para desprestigiar un hecho histórico que despertó del profundo letargo en el que se hallaba inmerso gran parte del proletariado del mundo. Hoy no es difícil toparse, pues, con gente honesta pero ignorante, en cuanto al tema se refiere. Las barbaridades exentas de malicia que salen de sus bocas los delatan.

Nadie lo dude, gran parte de las reivindicaciones obreras en las “democracias” de hoy fueron realidad en la URSS. Eso es tan cierto como que gracias a los logros del primer Estado Socialista de la Tierra, los ojos de la clase obrera mundial comenzaron a abrirse para alcanzar, al menos, notables mejoras laborales dentro de sus respectivos países capitalistas, hoy en evidente retroceso.

El vídeo que mostramos a continuación ayuda a entender un poco aquel experimento humano que nunca debió de derrumbarse.





miércoles, 15 de noviembre de 2017

El proces Catalán y la izquierda cainita


Las críticas que suelen llegar desde supuestas posturas radicales de izquierda, sobre todo de aquell@s que defienden la “pureza” ideológica como única vía revolucionaria suelen omitir muchos datos claves de sus criticas hacia la izquierda que ellos consideran mayoritaria y menos radical. Sus análisis siempre son reduccionistas y se amoldan a posturas claramente oportunistas que en muchas ocasiones cuando son planteadas, aun siendo estas revolucionarias, no se pueden llevar a cabo en ese momento dado por falta de apoyos o de condiciones materiales que las hagan viables. A veces la mejor arma del capital es el falso radicalismo de izquierdas que suele venir a dividir, a desgastar y a desorganizar a la clase trabajadora. Siempre hay que estar un paso por delante de las aspiraciones de la clase trabajadora no diez.

Como todo en esta vida las cosas son para cada persona según con el prisma por el que se mira. La izquierda estatal ha pactado con con partidos socialdemócratas o social liberales es una verdad incontestable, hasta ahí creo que tod@s estamos de acuerdo. Pero  siendo esto un hecho, también hay que decir que esto no es solo exclusivo de España, ni siquiera de Catalunya. Si miramos a nuestro alrededor mas cercano veremos como la izquierda, antes comunista, ha pactado con la socialdemocracia, seguramente en muchos casos por claudicación ideológica pero también es verdad que esto sucedía o sucede por  la incapacidad de ésta de poder gobernar en solitario para imponer un programa ideológico de izquierdas. Analizando este hecho fundamental para interpretar dichos pactos, lo que no me parece de rigor es exigir para unos la vía estrecha y para los que yo mas me siento cercano en sus planteamientos, la vía ancha. Lo que comúnmente se denomina la ley del embudo, lo estrecho par ti y lo ancho para mi.

Así tenemos que en Europa en Francia, Italia, Alemania, la izquierda suele pactar o apoyar gobiernos, en algunos casos estatales, en otros a nivel regional o de ayuntamientos pactos con la socialdemocracia. Sin ir mas lejos en Portugal el PCP y Bloco de la Esquerda apoyan el gobierno del PSP. En el extremo tenemos al KKE griego que es el partido de la negación absoluta que su mayor éxito es haber avalado la escisión de un partido minoritario como es el PCPE. Así que mientras se demoniza a la denominada izquierda estatal y a Catalunya en Comú, por esa supuesta claudicación ante el gran chovinismo español y el capital, a la otra formación que sería su equivalente independentista, las CUP, se la exonera de los mismos pactos cuando apoya a la burguesía más liberal del estado español como es la antigua Convergencia Democrática Y Unió, que tantas y tantas reformas antiobreras y antirepublicanas apoyó en el parlamento estatal ahora reconvertida en el PDECAT. Sin olvidarse tampoco que se alinea con la socialdemocracia, la madre de todas las bichas cuando esta se corresponde con un partido de ámbito estatal como es el PSOE, pero no cuando esta es independentista catalana como es Ezquerda Republicana de Catalunya. 

La coartada que le sirvió como excusa a las cUP  para justificar su adhesión a la propuesta del PDECAT y de ERC de que habían conseguido pactar  los  presupuestos más “solidarios” de la historia de Catalunya. Cuántas veces habré escuchado yo eso mismo en el ámbito de la izquierda estatal. No quiero pensar que las CUP fueran tan ingenuas de creer que si iban a llevar a cabo, máximo sabiendo que  la oligarquía gobernante y la clase media catalana no tenían ninguna voluntad de haberles cumplido, porque obviamente sabían como iba acabar toda la historia del proces y estos serian papel mojado. Esos acuerdos no fueron mas que el caramelo, la excusa, como también lo fue “conseguir” la dimisión de Artur Mas, para  que las CUP pudieran tragar con un proyecto independentista tutelado por los defensores a ultranza del capitalismo, eso si adornado con la palabra de República y loas a la derechos democráticos de los ciudadanos que no de los trabajadores, alejados totalmente de lo que los comunistas consideraríamos una República Democrática. Las CUP se convirtieron de esta forma en el musculo del que la burguesía independentista catalana carece como es su falta de capacidad de agitación y propaganda en las calles pero sobre todo el de sacrificarse por la causa ya que su propio espíritu burgués no les permite ni un ápice de sacrificio personal. Si el día Uno de Octubre habría triunfado la independencia, a la vuelta de 40 años, o muchos menos, tendríamos análisis sesudos y extremadamente rigurosos desde la izquierda radical de cómo les hurtaron  la “revolución” los burgueses catalanes.

En estos días Barcelona en Comú ha roto su acuerdo de gobierno con el PSC en el ayuntamiento de Barcelona. Ada Colaú después de haberse sido sometido a referéndum de las bases y este salir afirmativo la ruptura del acuerdo de gobierno, ha aducido que este no solo se produce por el apoyo del PSC-PSOE al aplicación del articulo 155, sino por toda la política de apoyo a las políticas  neoliberales y represivas del Gobierno del PP. Ahora seria bueno ver hasta donde están dispuestos a llegar las CUP en pos del cumplimiento del discurso de que las políticas de izquierdas se impongan o bien si siguen con la campaña de acoso y derribo que sus socios burgueses de ERC y del PDECAT les adjudican. Es mucho lo que les une a las dos formaciones yo diría mas que su programa económico y político son coincidentes en un 99,99%, que no hay diferencias insalvables de gran calado que impidan la unidad de acción. Esto se producirá siempre y cuando la dirección de las CUP prefiera anteponer al proyecto social a la hoja de ruta independentista que ha trazado la mano de la burguesía y de la gran burguesía catalana. Los puentes siguen tendidos, desde la izquierda ahora hace falta la valentía necesaria para cruzarlos

La historia nos da en este aspecto grandes lecciones.  Si fue posible un cambio de régimen este país en los años 30, la construcción de una República efímera, pero dotada de grandes esperanzas democráticas, fue únicamente porque las fuerzas progresistas y obreras de todo el estado español, ante la crisis monárquica y su gobierno, llegaron al acuerdo de San Sebastián el 17 de agosto de 1930. Este es el único camino para conseguir, que no solo las aspiraciones de independencia de Catalunya, sino  que todas  las premisas democráticas que los españoles anhelamos se puedan lograr.  En este sentido el mensaje de Catalunya en Comú y de Unidos Podemos, ha sido claro inequívoco, apoyar un referéndum para el decidir sobre el derecho de autodeterminación, no solo de Catalunya, pero que este sea pactado con las garantías jurídicas y democráticas suficientes. Pero para eso hay que llegar a una gran coalición de las fuerzas democráticas de todo el estado con el objetivo de hacer un proceso constituyente que de a luz una nueva constitución que se ajuste a los nuevos tiempos y a las exigencias del pueblo. Como decimos los montañeros, “En montaña no hay atajo sin trabajo”. 

En estos días las diferentes personalidades representativas del proces han tenido que reconocer su fracaso ante la ausencia de apoyos, tanto internos como externos. La falta de previsión, de análisis de la situación pero sobre todo las mentiras que contribuyeron a crear el estado de euforia de que era posible la independencia de low cost, que se alentaron desde el tripartito del gobern, han desembocado en  una profunda decepción entre las personas que apoyan la creación de la República de Catalunya. Pero no solo eso, sino que también han desatado las fuerzas de la reacción no solo contra el independentismo sino contra toda forma de disidencia contra el régimen del 78. 

Ya para concluir y como algunas personas comparan el papel emancipador que supuso para la clase obrera mundial la Revolución de Octubre y la hija que parió, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, con lo que sucede en Catalunya y el papel "revolucionario" de las CUP, aquí os dejo lo que la “compañera” de ERC, Pilar Rahola, público no hace mucho en La Vanguardia, sobre la presentación en  la 1ª Feria del Libro Marxista en Barcelona, de una biografía que no era hipercrítica con la figura del dirigente comunista Iósif Stalin. Se titula “El Vomito”. Si esto es lo que piensan sobre el comunismo los de ERC, que son de “izquierdas” que no pensaran los de PDECAT que son mas de derechas que Don Pelayo. Ahí queda eso.

lunes, 9 de mayo de 2016

El comunista español que ayudó a tomar el Reichstag e izar la bandera Sovietica


EL PROTAGONISMO DESCONOCIDO DE UN MILITANTE DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA EN UNA DE LAS IMÁGENES DEL SIGLO XX

La bandera roja bajo el cielo de Berlín

Francisco Ripoll: "La noche del 29 de abril recibimos la orden de asaltar el Reichstag. Fue un combate duro ya que había muchos soldados de la Gestapo y de las SS y muchos oficiales, lo mejor de lo que le quedaba al ejército nazi en Berlín".

Francisco Ripoll, militante del PCE participante en la toma del Reichstag en mayo de 1945
Es una de las imágenes que condensan la historia del siglo XX: hace sesenta años los soldados soviéticos izaron la bandera roja en el Reichstag. Aquella fotografía simbolizó la derrota nazi y la lucha y el sacrificio de los pueblos soviéticos y los militantes comunistas de toda Europea contra la barbarie fascista. Uno de los tres protagonistas de aquel hito fue Francisco Ripoll, un "niño de la guerra" que se alistó como voluntario para luchar contra el fascismo. Ripoll militó en el PCE hasta su fallecimiento hace cuatro años. Ofrecemos este reportaje inédito en Mundo Obrero como homenaje a todos los camaradas que dieron su vida durante la Segunda Guerra Mundial, ahora que los fastos oficiales por el 60º aniversario del final de la contienda en Europa les condenarán, una vez más, al olvido.

Francisco Ripoll nació a bordo de un barco camino de Cartagena. Su padre era militar de la armada y de pequeño vivió entre Barcelona y este puerto, donde su progenitor estuvo destinado durante parte de la guerra civil. "Éramos cinco hermanos, cuatro fuimos enviados a la URSS y al quinto lo mataron unos falangistas de una paliza", me explicó hace seis años y medio en Benidorm (Alicante), donde vivía y colaboraba con el grupo municipal de Esquerra Unida.

Junto con ellos fue enviado en el último barco que trasladó niños españoles a la Unión Soviética, eran 120 chicos con edades comprendidas entre 4 y 14 años. Aún evoca con emoción el recibimiento que les dispensaron en Leningrado. "En el muelle nos esperaban miles de personas. Había orquestas, estaban los pioneros.... Vivimos un mes en un hotel y luego nos distribuyeron por las distintas casas de niños españoles". 

En 1940 llegó a la Casa de Jóvenes Españoles de Leningrado. "Allí éramos como hermanos. Influía mucho que no teníamos a los padres, a nadie, sólo el cariño que nos daban la educadora, los profesores". Aquel año se afilió al Komsommol (juventudes comunistas) y, en 1943, al PCUS. 

En junio de 1941, diez días después de que Hitler lanzara la Operación Barbarroja e invadiera la Unión Soviética, Francisco Ripoll se alistó como voluntario en el ejército soviético. "Todos teníamos el mismo sentimiento: proseguir la lucha de nuestros padres contra el fascismo. De los chavales que estábamos allí, al que no le habían matado el padre, le habían matado el hermano o estaban en la cárcel o el exilio".

Resistió los 900 días del cerco de Leningrado. "Conservo muchos y muy malos recuerdos de la guerra. El invierno de 1941 a 1942 fue el más duro. Llegamos a estar a 50 grados bajo cero". En 1944, el ejército soviético logró romper el asedio y entonces la división a la que pertenecía avanzó por el Báltico y llegó a Polonia. 

Allí se toparon con el horror del Holocausto: "Fuimos los primeros en entrar en Auschwitz. Apenas estuvimos algunas horas porque debíamos seguir camino y detrás vinieron otros, que cuidaron de la gente que había allí. No encontramos a ningún nazi. Había cientos de chiquillos, otro grupo de mayores... Vimos todavía cadáveres dentro de los hornos a medio quemar. Aquello fue horrible: ver montones de pelos humanos, de zapatos, de gafas, de ropa de todas clases... Lo que más me impresionó fueron las cabelleras humanas, eran de todos los colores. En los barracones de los oficiales, encontramos pantallas de las lámparas hechas de piel humana, al igual que dos o tres monederos y carteras de bolsillo".

Una foto para la historia    



Francisco Ripoll, que tenía entonces veinte años, era teniente de la XV División de Voluntarios y con ella llegó a las puertas de Berlín hacia el 27 de abril. En las filas soviéticas había un "ambiente de euforia" ya que "estábamos deseando entrar". "La orden de asalto a Berlín llegó el día 29. La ciudad estaba prácticamente destruida por los bombardeos de los ingleses. Se luchaba casa por casa. Hitler concentró a la flor y la nata de lo que le quedaba, incluso a los críos de las Juventudes Hitlerianas".

"La noche del 29 de abril recibimos la orden de asaltar el Reichstag. Fue un combate duro ya que había muchos soldados de la Gestapo y de las SS y muchos oficiales, lo mejor de lo que le quedaba al ejército nazi en Berlín. En unas horas lo tomamos".

"El 30 de abril [el mismo día que Hitler se suicidó en su búnker] se colocó la bandera. Había varios fotógrafos soviéticos en el frente pero no les hacíamos caso. Se pidieron voluntarios. Primero subieron cuatro, pero, cuando ya estaban arriba, francotiradores camuflados en los edificios de alrededor los mataron. La bandera cayó y la recogimos nosotros. Nunca se ha hablado de esto pero nosotros lo sabemos. Un mando pidió voluntarios y... allí estaba yo. Subimos. Nos tuvimos que abrir paso a base de bombas de mano, de granadas y ráfagas de metralleta hasta llegar arriba porque el Reichstag es un laberinto". 

"Estuvimos arriba una media hora. Seguían los disparos de los francotiradores, pero cuando cesaron, izamos la bandera durante unos minutos. La colocó el que recibió la orden. Cuando nos marchamos, subieron otros soldados para mantener la vigilancia. Todos queríamos bajar de allí por el peligro que suponían los francotiradores". Del fotógrafo, Yevgueni Jaldeï, sólo recordó que "hizo su trabajo en condiciones muy difíciles por los disparos y nada más. No nos dijo nada".

Jaldeï tomó varias instantáneas. En ellas aparece Francisco Ripoll junto a sus dos camaradas, observando cómo la bandera roja ondea sobre el Berlín liberado. Es una fotografía mítica que simboliza la derrota del nazismo. Su nulo afán de protagonismo y el hecho de que durante la guerra adoptara un nombre ruso (Vladimir Dubrosky) pueden explicar que nunca haya sido identificado.

Orgullo para toda la vida

Para Ripoll haber combatido con la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial fue "el orgullo más grande de mi vida". Recibió, entre otras, la insignia del cerco de Leningrado, la del Ejército Popular de Voluntarios y la Orden de la Gran Guerra Patria, la más importante de las que se crearon en la URSS durante un conflicto que le costó la muerte de más de 25 millones de personas.

Después de la guerra estudió Náutica, se enroló en la flota del Volga y estudió en la escuela naval de Astrakán. En 1957 decidió regresar a España e ingresó en el PCE. "Cuando llegué me retiraron toda la documentación, no me dejaron salir y la Brigada Político-Social me entregó un carnet de identidad que era vergonzoso. No podía salir de Barcelona". 

Durante los últimos años de su vida trabajó por rescatar del olvido la memoria de sus jóvenes compañeros. "No quiero protagonismo, sólo sacar adelante mi proyecto", me dijo. Su proyecto consistía en levantar un monumento en San Petesburgo en memoria de los 72 muchachos que vivieron con él en la Casa de Jóvenes Españoles de aquella ciudad y que murieron en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial combatiendo contra el fascismo en el ejército soviético. Casi todos ellos eran militantes del PCE.

El propio fotógrafo Yevgueni Jaldeï
Algunos de ellos fueron capturados por los alemanes ("heridos", recalcó) y "enviados a Franco y fusilados en España". "Incluso dos de ellos estuvieron en la División Azul, se pasaron con nosotros y después estuvieron luchando contra los nazis". En aquella Casa había entre 120 y 150 niños y niñas y algunos de ellos murieron por inanición o a consecuencia de los bombardeos. 

Logró incluso todos los permisos para colocar el monumento en dicha Casa, que hoy es un colegio. En él figurarían los emblemas de la II República Española (la estrella de tres puntas) y de la URSS (la estrella roja) con una rama de olivo, símbolo de la paz, y 72 estrellas. Sin embargo, su vida se extinguió sin que pudiera ver su proyecto hecho realidad y preguntándose quién se acordaba de ellos mientras mostraba la lista de sus camaradas caídos en el frente. "Nadie, eso es lo que más me indigna".
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Nota de la Redacción: Mundo Obrero agradece a Mario Amorós el haber escrito este reportaje para nuestro periódico.
Publicado en el Nº 164 de la edición impresa de Mundo Obrero