En este contexto han aparecido historiadores, sobre todo de origen ruso o pertenecientes a piases del mal llamado Telón de Acero que están aportando datos contrastados con los archivos secretos oficiales de aquellos países que revelan nuevos datos sobre esos sucesos históricos, y dejan bien las claras las exageraciones o las manipulaciones mal intencionadas que ningún momento persiguen el fin de denunciar el carácter criminal o como le gustan decir, el totalitario de la antigua extinta Unión Soviética, sino que sus falsas criticas sobre sus dirigentes o sobre los posibles crímenes contra la humanidad, no buscan por supuesto la superación del sistema socialista real de estos países, sino todo lo contrario, que a través de la critica desacerbada del comunismo su total desprestigio ante los trabajadores y la vuelta al invierno capitalista de explotación, como el que esta viviendo hoy sin precedentes la inmensa mayoría de la humanidad, salvo honrosas excepciones.
Es por eso que les invito a leer este articulo de un historiador ruso S.V. Christenko sobre uno de los periodos históricos de la Unión Soviético que mas controversia suscita y que es el que mas se usa para desacreditar toda la obra de este gran país y del ideal comunista
S.V. Christenko. Recibido de Página Roja. Traducido por Fernando Lugones.
En la historia de
la Unión Soviética hay tantas fechas memorables. 1945 es el año de la
gran victoria, la de 1961, año en el que por primera vez un hombre voló
en el espacio, fue Yuri Gagarin. Pero en la historia de la URSS también
hay trágicos años. En 1941 las hordas nazis entraron en nuestro país, en
1953 se apagó el gran líder José Stalin. El 1937 hace ahora 76 años,
¿qué pasó aquel año?. Según unos, fue el año del “Gran Terror”, y desde
hace varias décadas nos están tratando de hacernos creer, algunos
demócratas anti-soviéticos, ¿o es algo completamente diferente? ¿Porqué
en cualquier discusión con cualquier anti-soviético inexorablemente a
toca el tema del año 37? ¿Qué función realizan y que significado le dan
estos “apóstoles de la verdad” asignando sus preguntas al año 1937?
¿Cuáles son sus intenciones? Vamos a dar una respuesta a todas estas
preguntas.
En esencia, aquí
chocan dos puntos de vista opuestos. El primer punto de vista, el de la
Unión Soviética, considera que “el año 1937 sacó a la luz nuevos datos
sobre la banda de canallas Bujarinistas-trotskistas”. El "proyecto de
Piatakov", los "procedimientos de Radek", las maniobras de "Tujachevski,
Yakir y sus compañeros" contra Bujarin, Rykov, Kristinski, Rosengolz,
etc. Mostró cabalmente que los bujarinistas y los trotskistas, estaban
de acuerdo, entresacado de los documentos de ellos mismos, en una
formación tipo banda como enemigos del pueblo, disfrazándose como un
“bloque del ala derecha trotskista”. Los procesos mostraron que los
bandidos Trotskistas-bujarinistas siguieron las órdenes de sus amos, y
de los servicios de inteligencia de la burguesía extranjera. Se habían
fijado el objetivo de destruir el Partido y el Estado soviético, para
sabotear la capacidad defensiva del país, para alentar la intervención
militar extranjera, para preparar la derrota del Ejército Rojo, la
disolución de la URSS, la reducción a cero de las conquistas de los
trabajadores y campesinos koljósianos, la restauración de la esclavitud
capitalista.
El segundo punto de
vista, el anti-soviético, dice exactamente lo contrario: que todos los
condenados en los procesos del 37 (¡Es importante hacer hincapié en este
“todos”!) ¿No eran culpables de nada, ni habían hecho ninguna acción
antisoviética, que los llamados “enemigos del pueblo” eran un invento de
Stalin, cuyo objetivo era lograr sus planes personales y cubrir algunos
“vicios” de su biografía (por ejemplo, su supuesto servicio en el
"Ojrana", la policía secreta zarista). En general, Stalin se presenta
aquí como un mal para la URSS, casi un “come niños.” En otras palabras,
no había enemigos del poder soviético, ni podían existir, ya que las
clases explotadoras habían sido aniquiladas en el Estado? Entonces,
¿quién podría oponerse al poder soviético?.
Pero vamos a ver,
si en realidad había enemigos del poder soviético, desde que Stalin
trazara una dirección para la construcción del socialismo. En la
plataforma de la “Unión de los marxista-leninistas” (oposición de
derecha), el grupo de Riutin, escriben: “La política económica de Stalin
…… no sólo condujo a una crisis económica sin precedentes en el país,
desacreditando los principios mismos de la construcción del socialismo y
nos hizo retroceder desde una perspectiva económica de al menos 12 a 15
años … Los errores de Stalin y su camarilla … se magnifican hasta
convertirse en crímenes … El Partido y la Clase Obrera están en su gran
mayoría contra Stalin y su camarilla. Ustedes sólo tienen que reunir
estas fuerzas dispersas y aterrorizadas … y comenzar a trabajar para la
expulsión del equipo de liderazgo de Stalin … para la liquidación de la
dictadura de Stalin y su camarilla“.
Trotsky escribió,
durante tantos años, en su “Boletín de la oposición” ¡Abajo Stalin!. I.
A. Dreitzer, con posiciones cercanas a Trotsky, confesó que había
recibido en 1934 una directiva escrita por Trotsky para la preparación
de un acto terrorista contra los camaradas Stalin y Voroshilov. El
contenido de la carta de Trotsky era mediocre y comenzó con las
siguientes palabras: “Querido amigo, nos comunicaron que tenemos hoy
ante nosotros las siguientes tareas básicas: en primer lugar, matar a
Stalin y Voroshilov, y segundo, la organización del trabajo dentro de
las células de las fuerzas armadas, la tercera, en caso de una incierta
guerra y aprovecharla tomando de hecho, la iniciativa “.
Bueno, se podría
argumentar, que todo son unos individuos, o grupos de individuos. Sin
embargo, durante la Gran Guerra Patria se puso al descubierto que contra
el poder soviético y su línea política emanada de la Secretaría General
de Stalin, habían varios miles de enemigos reales. Piense en los
aliados de los nazis, vlasovianos (los seguidores del general Vlasov,
mercenarios del "Ejército Ruso de Liberación", pagados liberadores de
bolcheviques y del poder soviético), de los "Bandera", "Konovalec" y
muchos otros que asesinaron a decenas de miles de ciudadanos soviéticos
en Ucrania , a los “Hermanos de los bosques”, que (en los Estados
bálticos) siguieron luchando contra el régimen soviético durante muchos
años después de la guerra. Los presos políticos detenidos en los
campamentos, eran mucho más numerosos en 1946-1947 que en 1937. La
mayoría de ellos eran seguidores de Vlasov, Bandera y Policías
(colaboradores de las SS, Gestapo).
Y tal vez al
comienzo de la perestroika, ¿no había más enemigos de la Unión
Soviética? ¡No, en absoluto! dicen, porque, ¡los defensores de la
contrarrevolución capitalista hubo, en todo caso, con creces! Vamos a
escuchar lo que decía un “seguidor” de la perestroika como Anatoly
Chuvais: “… La realidad es que me gusta el poder soviético. De hecho en
mi vida, tal vez no he odiado algo así como el poder soviético. Salía
odio dentro de mí desde la mañana, cuando encendía la radio y oía una
voz que sonaba con el tono clásico que me ponía enfermo: “¡Buenos días,
camaradas! Vamos a empezar la gimnasia por la mañana!“ Para muchas
personas los años escolares normales corresponden a los años felices de
la infancia. Pero yo odiaba a mi escuela. Esa escuela impregnada de
formas patriótico-militares de educación. Marchamos, recuerdo, dos en
fondo en nuestro uniforme similar al de los marineros y cantábamos: “El
sol brilla claro. ¡Buenos días, país hermoso!“ "¡Mi escuela no me
planteó ningún sentimiento de ternura! Y recuerdo que lo más importante
para mí es que una vez que decidimos destruirla con mis amigos, incluso
quemarla. Sólo logré arrancar un peldaño en la escalera de entrada y una
piedra con una gaviota que había en un monumento patriótico-militar. No
podíamos hacer daño, más de lo que todos odiamos“. Algunos dirán: “¡Al
diablo con él, es un loco!” No, las cosas no son tan simples. Tenemos,
un odio consciente, meditado, con valores esenciales que subyacen en
contra de la concepción del mundo del ciudadano soviético. Aquí
persisten, lo más probable, que haya una conexión ideológica cercana
tanto con Riutin, como bonapartista del tipo de Tujachevski.
Sobre la relación
de anti-estalinista de Jruschov en el XXº Congreso del PCUS, ni siquiera
vale la pena detenerse en. El propósito de todas las declaraciones
difamatorias que en él se han mostrado en detalle por el investigador
norteamericano Grover Furr en el libro titulado “La infamia
anti-estalinista” (Moscú, 2007)", el autor llega a la siguiente
conclusión lapidaria: “De todas las afirmaciones del ”informe secreto“,
sobre Stalin o Beria, ninguna era cierta.”
Con respecto a los
procesos de 1937, son también interesantes los testimonios de J. E.
Davies, embajador de EE.UU. en la URSS a partir de enero del año 37
hasta la primavera del año 38, sobre el proceso político. Recogió sus
recuerdos, de ese período de su vida, en el libro titulado “Misión en
Moscú”, donde escribió al presidente Roosevelt, la siguiente nota: “Este
libro contiene hechos reales y es aplicable a todo los tiempos”. El 25
de junio de 1941, tres días después del ataque de Hitler contra la URSS,
J. E. Davies dio una conferencia en la Universidad de Harvard. Alguien
le preguntó qué sabía de la existencia de una “quinta columna” en la
Unión Soviética. El embajador respondió brevemente: “Ya no existen.
Todos ellos fueron fusilados“. En una carta de abril de 1938 incluido en
su libro, J. E. Davies se centra en el estudio del “bloque trotskista
de derecha”, y dice: “… Es difícil encontrar un observador extranjero
que, después de haber seguido el curso del proceso, no pueda dudar de la
participación de la mayoría de los acusados en el complot para
eliminar Stalin“. J. E. Davies afirma que la dirección soviética estaba preparándose para la guerra no sólo a través del aumento de su poder
militar, sino también a través de una purga a fondo de los funcionarios,
incluidos los que ocupaban puestos muy altos: “Los rusos pudieron haber
tenido su Quisling, similar en los puestos más altos como en Noruega,
pero fueron destruidos“.
A lo largo de las
líneas del libro de J. E. Davies, se van desgranando sus recuerdos, que
se convirtió en una película del mismo nombre. Pero después del final de
la Segunda Guerra Mundial, el Comité Infame de Actividades
Antiamericanas, encargado por el presidente Truman, impuso una feroz y
total ostracismo de todas las películas que decían la verdad sobre la
Rusia soviética. No pudo escapar de este ostracismo incluso la película
“Misión en Moscú”, que, en opinión de la Comisión de vampiros de
McCarthy, había sido filmada en Hollywood, pero con un guión escrito por
Stalin.
Los observadores
objetivos que trabajaron en la URSS y siguieron la situación en el país,
que describen los años cuarenta, de una manera completamente diferente a
la anti-soviéticos. Durante ese período de nuestra historia, es
interesante citar un pasaje de las memorias de G. K. Zhukov: “Cada vez
que hablo de la paz, tiene sus propias características, su color y su
belleza. Personalmente, sin embargo, me gustaría decir una palabra para
los años anteriores a la guerra. Se encuentran distinguidos por un
entusiasmo inigualable y original como el “optimismo, la espiritualidad
profunda y, al mismo tiempo, el compromiso firme, la modestia y la
sencillez en las relaciones humanas. ¡Comenzaron a vivir bien, muy
bien!“
En cuanto a los
hechos, es evidente que las conspiraciones contra Stalin y el poder
soviético en realidad tuvieron lugar, las hubo al crisol de la lucha de
clases de esos años. Los hay totalmente incrédulos, que con ciertas
disquisiciones alegan que la URSS no tenía enemigos. ¡Los enemigos
existían y también eran muy agresivos! Sin embargo, hay que decir con
honestidad que siempre ha sido muy difícil hablar de conspiraciones,
como una masa de opositores que de inmediato se pusieron como un muro
contra cualquiera, y además tener todas las pruebas que podrían
demostrar los intentos de los camaradas con Stalin, en su lucha para
eliminarlos de la escena política. Estos opositores poseen una
justificación de “hierro” al admitir la existencia de la conspiración
contra Stalin, pues pretenden que se reconozcan sus méritos, debido a la
represión contra las figuras políticas de su entorno más cercano. De
acuerdo con los anti-estalinistas que intentan probar la existencia de
conspiraciones internas contra Stalin, las justifican indirectamente por
los procesos políticos de los años treinta. Esta postura fue unánime,
tanto de los dirigentes del PCUS jrushovianos-brezhnevianos, tanto por
los soviéticos “disidentes” y sus partidarios, como sus mentores en el
exterior.
En una declaración
conjunta “Con motivo del año del nacimiento de I. V. Stalin“, del 21 de
diciembre 1964, Mao Zedong y Enver Hoxha declararon proféticamente cómo
dirigió (¡y, de hecho como desarrolló!) la URSS. La negación de la
experiencia positiva de la construcción de la sociedad comunista al
estilo de Stalin: ”Por las acciones criminales de Jruschov y sus
cómplices, tendrán consecuencias a largo plazo plazo y conducirán a la
degeneración y la ruina de la URSS y del PCUS “.
Vemos entonces que
los ataques contra la sociedad soviética puestos en marcha en 1937, y
relanzados a pleno vapor por Jruschov en 1956, fueron más allá de las
intenciones originales de desacreditar a Stalin. Su objetivo eran
aplastar (no sin éxito) toda la historia de la URSS, toda la hazaña
heroica del pueblo soviético como el arquitecto del primer Estado de
obreros y campesinos en el mundo. Alrededor de esta premisa está
configurado básicamente toda la mentira anti-stalinista y
anti-soviética.
El 3 de julio de
2009 se celebró en la sesión anual de la OSCE (Organización de los
Asuntos de Seguridad de la Unión Europea) en Vilnius. Aquí se aprobó una
resolución titulada “La reunificación de la Europa dividida”. Bueno, en
este documento se ha fijado el signo de igualdad entre el nazismo y el
sovietismo (estalinismo, comunismo). Se estableció en la reunión que la
URSS era una sociedad criminal estatal responsable de genocidio,
crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad. En la ciudad de
Ekaterinburg (la antigua Sverdlosk) se celebró en febrero de 2011 la
reunión del Consejo Presidencial de la Federación Rusa para la sociedad
civil y los derechos humanos. En este caso, en la presencia se
encontraba el Presidente de la Federación de Rusia, y Presidente del
Consejo Presidencial S. Karaganov, quien leyó un comunicado amplio de
desoviestización. El programa propuesto por el Consejo incluyen los
siguientes puntos: “Tenemos que reconocer que: el pueblo ruso desde los
últimos cien años no tiene casi nada de qué enorgullecerse, el período
soviético de nuestra historia es todo un crimen, la Unión Soviética fue
un Estado criminal, toda Rusia era una gran Katyn (según él, por
supuesto, las fosas comunes de Katyn’ eran obra de los servicios de
seguridad soviéticos), también hay que reconocer que, en la Unión
Soviética se ha practicado el genocidio, que el Estado soviético ha
exterminado conscientemente al pueblo soviético, que la Unión Soviética
era un “Estado totalitario” y sobre esta base se alienaba con la
Alemania de Hitler, que la URSS era la culpable del estallido de la
Segunda Guerra Mundial junto con la Alemania de Hitler, que los libros
de historia se reescriban para presentar todas las pruebas del
genocidio en la época soviética y la URSS como un estado criminal, que
en las oficinas públicas no se puede admitir a todos los que se atreven a
dudar de que la Unión Soviética ha actuado como un Estado criminal, que
las fiestas y celebraciones sean revisadas para eliminar o cambiar el
nombre de todas las fechas de la historia de la URSS“. ¡Qué gracia, qué
sencillez y sobre todo qué tipo de democracia!
No hay duda de que
este programa de fanatismo vulgar tiene sus raíces en la lucha contra la
Unión Soviética, que en la discusión de los acontecimientos de 1937 y
en el informe “secreto” de Jruschov, se pretende pisotear como barro,
para reducir a cenizas toda la historia soviética, nuestra historia y
nuestros antepasados, abuelos y padres. Así que no creo que sea Chuvais
solamente. Entre los demócratas hay personas como Chuvais en masa. Los
demócratas son los perversos. Las encuestas de opinión muestran que la
inmensa mayoría de los ciudadanos de la Federación de Rusia no puede
permanecer, incluso después de más de veinte años de lavado de cerebro,
contra todos sus “valores liberales” y pese a lo que los partidarios de
estos valores, ahora desautorizados, no les importa. Insistimos:
seguimos adelante, ¡quieren una segunda perestroika! La situación
económica es crítica, la estructura de la administración estatal se cae a
pedazos, y no les importa reconocer que todavía no han hecho todo lo
que quiere Estados Unidos. Si lo hacemos – insisten – todo va a ir bien.
Pero insisten y sugieren que nos negamos, y sugieren con una broma
conocida: ¡Vamos, idiota!
¿Qué vamos a hacer
los bolcheviques en un momento tan duro para el país y para nuestro
pueblo? Mientras que dentro de la oposición burguesa al régimen actual,
hay una confusión que parece no tener fin, mientras que la gente común
es engañada en varias ocasiones por la publicidad
¡POR LA TIERRA MADRE SOVIÉTICA!
¡GLORIA A STALIN!
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